Lo primero es lo primero

Viviendas de ensueño en el folleto de las inmobiliarias, parte de un mundo inaccesible. Sus tejados de tejas de barro, sus fachadas blancas, sus jardines llenos de flores, incluso un balcón soleado en el país más lluvioso del mundo. Todo es posible en sus sonrisas.

Pero no entres si buscas techo, no vayas solicitando caridad, no esperes encontrar la puerta de tu casa; tal vez, ni llegues al mostrador. Teléfonos que suenan pero que, en realidad, no existen; secretarios que no, que te juran que no pueden… es que no hay papeles…

Primero, el trabajo; luego, la tierra… Los pasos subterráneos donde no llueve, donde la gente va con miedo por la noche y pasa corriendo. Dormir es el suelo, es la noche fría. Estudia, estudia, te decían…

Estudias, pero aún es demasiado inseguro dejarte una casita de muñecas para que juegues, podrías romperla, podrías quemarla, entiéndelo. No, no, primero, los estudios; luego, el trabajo. Ante todo, formalidad.

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