No habrá paz para los malvados


Me recordó a Drive. Está filmada de modo desapasionado, moroso y fragmentado. Los planos tienen más que decir que los diálogos, apenas existentes. Se centra, igualmente, en el fragmento de la vida de un personaje que nos es oscuro: poco sabemos de él, su moral nos resulta confusa y sus motivaciones opacas.

El personaje interpretado por Coronado no es exactamente el de Ryan Gosling. Santos Trinidad fue un buen policía que actualmente ha tocado fondo. Parece que busca expiar un pecado o una culpa de la que apenas veremos algunos trazos. Su impulso inicial es egoísta pero, a medida que avanza el metraje, uno acaba no sabiendo qué le sigue motivando.

A diferencia de Drive, el filme de Urbizu llega a hacerse aburrido. Aunque me gustó mucho estéticamente, incluido el ritmo narrativo, llega un punto en que la película parece no saber solventar su propia trama y cae en un terraplén de tedio. El guión, sin embargo, es bueno y original. Disfruté mucho la idea de una pesquisa policial que, siendo cada vez más errónea, se adentra en una trama de corrupción que nada tiene que ver. En este aspecto me recordó a El hombre que nunca estuvo allí de los Cohen.

Al final le falta el remate, redondearla. "¿Para qué?" y "¿Y ahora?" son las preguntas que me vinieron a la cabeza. El cabo suelto del final no me acabó de convencer. Da la impresión de que el título, en vez de honrar la justicia del cine clásico, esa justicia clara de buenos y malos, busca la ironía. No hay finales cerrados sino un mundo regido por el azar que sigue y sigue incomprensiblemente más allá de sus protagonistas.

4 comentarios

D de Deivid dijo...

Si bien es cierto que hace tiempo que la vi, recuerdo que me dejó una sensación de no poder o querer llegar al final. Aprovecho para publicitarme http://daroib.wordpress.com

Paul Varjak dijo...

A mí sinceramente me pareció un episodio especial de Navidad de El Comisario. Que fuera propuesta a mejor película española de su año fue el enésimo y ya a estas alturas innecesario comprobante de la penosa situación que atraviesa "nuestro" cine.

aningunsitioperoquesealejos dijo...

Yo no conozco qué películas había en liza ese año, pero sí reconozco que muchas películas españolas mediocres o normalitas suelen ser sobrevaloradas hasta extremos irrisorios. Lo mismo pasa con los libros. No sé si habrás leído Fin de Monteagudo.

Sin embargo, la película no me pareció tan mala como entiendo que te pareció a ti. Si soy sincero, tampoco llegaría a calificarla de mala. Considero que Urbizu tiene buenas ideas pero no sabe rematarlas acertadamente (criterio basado únicamente en esta película y La caja 507).

aningunsitioperoquesealejos dijo...

The Paul Varjak Effect:

«The Paul Varjak Effect refers to the character Paul Varjak from the movie Breakfast at Tiffany's (1961) played by George Peppard, and the way he goes from being absolutely dreadful to being absolutely gorgeous throughout the movie.»