14, novela de Jean Echenoz


Es envidiable como ciertos autores son capaces de hacer tanto con tan poco.

Conocía a Jean Echenoz más que de oídas, de vista. Cuando trabajaba en la librería y me tocaba reordenar lo que había ordenado el día anterior, siempre me topaba con un título suyo con el que tenía una broma interna bastante absurda: ¡Échenos! Me voy...


Cuando vi 14 en el escaparate de mi librería favorita, aquella tontería volvió a mi cabeza. Captó mi atención el título y la extensión, ambos breves. Por debajo de las cien páginas, resultaba un aperitivo ideal: un tastet que podía descubrirme a un nuevo autor o salvarme de un enfant demasiado terrible.

Echenoz crea una historia sencilla pero eficaz. Después de leerla, uno tiene más claro cómo fue la vida de los soldados durante la Primera Guerra Mundial. La voz narrativa (y la época en la que se enmarca, claro) me recordó a El buen soldado Svej de Hasek.

Posee su misma comicidad cándida pero no la ironía corrosiva del checo. Tampoco la busca. Esta novelita no es cómica ni trágica ni lacrimógena. Como la de Hasek, nos cuenta qué sucedió, lo muy absurdas que son las guerras y cómo de perdidos se encontraron todos.

No hay comentarios