Al oeste de Roma de John Fante


John Fante murió sin reconocimiento literario. Es más que probable, dado que la mayoría de sus protagonistas son álter egos suyos, que compartiera la frustración de Henry Molise, padre de familia y escritor malogrado. Puede que también soñara, como su personaje, con volver a sus raíces romanas a rehacer su insatisfactoria existencia1.

Su éxito póstumo se lo debe a Bukowski, quien lo veneraba y sugirió a la extinta editorial Black Arrow Press que lo publicase. Este volumen, aparecido tres años tras su fallecimiento, me toca un poco las narices porque se titula Al oeste de Roma y únicamente recopila dos cuentos (o una novella y un cuento). ¿Era necesario inventarse un tercer título para reunirlos?

Henry Molise es el protagonista de Mi perro Idiota, donde la aparición nocturna de un chucho en el patio de su casa acelerará una serie de cambios drásticos en su vida. El humor de esta novela corta de 140 páginas recuerda muchísimo a Bukowski con la salvedad de que Molise no es un tirado ni un alcohólico (pero, en cambio, parece haber engendrado una caterva de ellos).

La orgía es un cuento menos divertido, más moral. El catolicismo es un tema recurrente en Fante. Aquí nos narra cómo el padre de una familia creyente recibe un inesperado regalo de un empleado suyo que parece cambiar sus valores. Esta segunda historia está bien pero sabe a poco después de la primera.

Habiendo leído Cartero, Factotum y Pulp, creo que los seguidores de Bukowski disfrutarán de este libro. Sus estilos son muy similares, ambos enmarcados por la crítica dentro del "realismo sucio". Su lectura es veloz y satisfactoria. Me lo acabé de una sentada y doy gracias por habérmelo pasado tan bien leyéndolo.

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1 Esto suena tremendamente ridículo para cualquier europeo: estadounidenses abogando por los orígenes de tatarabuelos o padres cuando ellos no han pisado más suelo que el americano, no saben más idioma que el inglés y difícilmente saben ubicar el país en el mapa. Debe tener cierto toque legendario para ellos, como los reyes que remontaban su genealogía a un pasado mágico de héroes y bestias.


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