Dos buenos tipos con Ryan Gosling y Russell Crowe


Cuando los caminos del matón Jackson Healy (Russell Crowe) y el detective privado Holland March (Ryan Gosling) se cruzan, la cosa se desmadra. Ambientada en Los Ángeles de la década de los 70, esta pareja de incompetentes intentarán resolver el caso de una chica desaparecida.

Dos buenos tipos es una película extraña. Ha habido momentos en los que me he reído de verdad, con auténticas carcajadas, cayéndome lagrimones. Pero, luego, había escenas en qué no entendía qué estaba pasando, a qué venía lo que estaba sucediendo, como si me perdiera algo.

Por otras críticas que he leído después de ir al cine, así es. Los diálogos están llenos de juegos de palabras que se pierden en la traducción. Para más inri, no me acostumbré a la voz que le han puesto a Gosling.

He estado indagando y la verdad es que no había reparado en que en España sufre un baile constante. En eldoblaje.com listan ocho actores de doblaje en veinte películas, donde falta Ivan Labanda, el actor que le pone voz aquí (y hace de Iceta en Polònia).

En uno de los foros de eldoblaje.com, discuten los numerosos cambios, apuntando que Labanda no está nada mal y que su elección se debe a un tema de productoras. A mí, sin ser ducho en el tema, no me ha gustado nada. A Crowe lo dobla como es habitual Jordi Boixaderas.

Dos buenos tipos es una película que sorprende. Si no has visto el tráiler, y es recomendable esquivarlo porque destripan demasiadas bromas, los chistes te pillan a contrapié. Y frente a la impasible cara de perro de Crowe, hay un Gosling con una vis cómica tremenda.

Aunque alcanzara el éxito con los papeles de tierno follator imperator, Gosling ha sido siempre un payaso. Lo demuestra tanto aquí como en la genial Crazy, Stupid Love con Steve Carell (recomendadísima, de paso). Si podéis verla en versión original, mejor que mejor.

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