La sal de la Tierra es un documental de Wim Wenders y Juliano Ribeiro Salgado acerca del fotógrafo Sebastião Salgado y su obra. Narra someramente la vida del artista, ordena cronológicamente los proyectos que ha llevado a cabo e inserta comentarios del autor acerca de algunas de sus fotografías.
El trabajo de Salgado es espectacular y, recientemente, pude disfrutarlo en la exposición de Génesis en el CaixaForum de Barcelona. Disfruté las descripciones de Salgado. Mi problema fue que, como suele suceder en lo relacionado con el arte, se genera una especie de nube poética que deforma al realidad.
Se habla de su figura de modo casi místico. No se habla de técnica, no se habla de cómo Salgado aprendió a hacer esas fotografías ni por qué decidió hacerlas en blanco y negro. No se muestra bien el trabajo de campo. Falta, digamos, realidad en este oficio destinado a los "elegidos".
Al final, parece todo un publirreportaje (un publirreportaje de una calidad envidiable) acerca del instituto Terra de Salgado, que se encargó de reforestar su gran finca familiar, situada en Aimorés (Brasil) y en un desolador estado de erosión casi desértico años atrás.
Tanto las fotos como la labor ecologista de Salgado, Premio Príncipe de Asturias 1998, y su esposa, Lelia Deluiz, esencial en su vida y en su carrera, son merecedoras de grandes reconocimientos y elogios. Eso no quita que la parte "humana" fagocite y simplifique este fascinante documental.
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