Arcàdia de Tom Stoppard en el teatro El Ciervo de Sabadell


No conocía el grupo de teatro amateur El Ciervo de Sabadell ni tampoco conocía la obra ni al dramaturgo. Cabe decir que no se han ido a por una obra pequeña.

En Arcàdia (1993) de Tom Stoppard, Bernard Nightingale es un crítico literario bocazas y fanfarrón a quien una investigación en torno a la figura de Lord Byron lo conduce hasta el palacio rural Sidley Park en Derbyshire. Allí se encuentra también Hannah Jarvis, una escritora de éxito tras la publicación de su ficción biográfica acerca de Lady Caroline Lamb, cuya novela fue despellejada por Nightingale.

Con un espacio único, la trama se mueve entre dos momentos en el tiempo, mostrándonos sucesivamente lo que ocurrió realmente en Sidley Park en 1809 y las conjeturas de ambos estudiosos en la actualidad. Es realmente divertido ver cómo, desde el presente, ambos investigadores hacen suposiciones totalmente erróneas a partir de pruebas más que discutibles. En el siglo XIX, sin embargo, tampoco se salvan de hacer el ridículo.

En el Sidley Park de antaño, los líos de faldas estaban a la orden del día. Nos encontramos con una obra con mucho regusto a Oscar Wilde, con juegos de palabras y personajes altivos e imbéciles cuyos oídos alzan el vuelo al Paraíso al captar la más mínima lisonja. Arcadia es una obra, sin duda, cómica, que revela un transfondo trágico a medida que avanza la historia y se descubra qué sucedió realmente.

Desgraciadamente, pese al gran esfuerzo por parte de la compañía de El Ciervo, hay tres jóvenes actores cuya interpretación no puedo elogiar. Sin querer hacer mala sangre, el personaje de Septimus Hodge, relevante para entender lo ocurrido en el pasado, tiene una puesta en escena muy plana. Cuesta entender su dicción afectada y defectuosa. Su recitación de corrido anula cualquier doble sentido. La luz que podría arrojar se queda sin pilas.

Dicho esto, la obra es un drama complicado y llevado con gran valor por parte de los actores de principio a fin con una puesta en escena muy sencilla y acertada, a la que no se le puede poner queja alguna. No se han amedrentado y es envidiable cómo han echado toda la carne en el asador. Desgraciadamente, el resultado final deja bastante que desear. Lo peor, sin duda, fueron unas putas viejas que estuvieron hablando durante la función.

La sala de El Ciervo no es muy grande. Pese a lo mucho que se critica a los adolescentes, era un grupo de yayas parlanchinas las que, sordas supongo, se hacían comentarios en mitad de los diálogos para que todos los escucháramos. Las 2 horas y media con un descanso intermedio de la obra no fueron una maravilla pero, si no te interesa, te largas y no te quedas a tocar los bemoles del resto del público.

Teatro: El Ciervo, Viladomat 26, Sabadell
Días restantes de la obra: sábado 14 y domingo 15 de marzo
Precio de la entrada: 7-9€
Página web: http://elciervoteatre.com

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