La cueva de los sueños olvidados


Es la primera grabación que veo rodada en 3D. No estoy hablando de un 3D simulado, donde lo único que ves son planos 2D superpuestos a distinta profundidad. Herzog utilizó cámaras especiales para este documental visualmente espectacular.

El reportaje habla de la cueva de Chauvet, descubierta en 1994, y de sus maravillosas pinturas rupestres con más de 30000 años de antigüedad. Hasta la fecha, son las creaciones artísticas realizadas por el Homo Sapiens más longevas que se conocen.

Las imágenes, pese a ser limitadas por las condiciones dentro de la cueva y a las restricciones de tiempo dentro de ella, pues está cerrada al público para su preservación, cortan la respiración. Se puede percibir el relieve de la roca, sus hendiduras e imperfecciones, incluso su textura, con una viveza impresionante. Las estalagmitas de calcita, el suelo y los huesos recubiertos por el mismo carbonato de calcio, anonadan.

El desplome de la entrada de la cueva conservó la gruta aislada y en un estado de conservación óptimo. Las pinturas parecen todavía frescas. El documental consigue transmitir la sensación de estar entrando a un lugar testigo de la Historia de la Humanidad donde, de otro modo, nunca hubieras tenido acceso.

Si bien las imágenes me han dejado sin aliento, cabe decir que el 3D llega a marear. Verla con subtítulos es un error. La vista se me llegó a cansar y a "desajustar" (un par de veces tuve que retirarme las gafas y volver a "enfocar").

Eché en falta, tan bien, algo más de información. Tal vez Herzog se centra demasiado en remarcarnos la idea  de sancta sactórum más que en la información (que, igualmente, no es mucha). Son divertidas las pinceladas de sorna y mala leche del director.

Sin duda, vale la pena verla y, aunque parezca mentira, el 3D es necesario.

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