Me esperaría a ver la segunda para comentar la primera pero esta ha sido especial. Ha sido dentro del ciclo del Phenomena dedicado a los Oscar, donde también se proyectarán Doctor Zhivago, Sonrisas y Lágrimas y Lo que el viento se llevó. Los pases se hacen en el cine Comedia, en Passeig de Gràcia, al lado de Plaça Catalunya.
El cine, y pese a lo desfasada que está su web, es una preciosidad. La sala es enorme y majestuosa. Ver allí la película fue una delicia. Bajar a sus aseos, no tanto, porque olían a cagadero de tasca Pepe, pero para disfrutar del cine una gozada: veía la pantalla sin ninguna cabeza y el sonido era bueno.
Quisieron darnos una sorpresa. El reconocido compositor Jordi Sabatés interpretó al piano el tema de El padrino. La cosa tiene su gracia, y fue un gesto simpático, pero los organizadores tendrían que haber pensado que estamos hablando de un miércoles, de casi tres horas de metraje y de unos horarios de trenes que no superan la medianoche.
Mayor la sorpresa cuando el hombre interpretó también el tema principal de las otras tres películas del ciclo. Me supo mal porque era un detalle que daba todavía más valor a la proyección y la gente, más que emocionarse, se inquietaba. Creo que deberían haberlo incluido en el programa para que la gente que venía de fuera de Barcelona calculara la duración.
Debo decir que Jordi Sabatés fue el mismo que tocó el piano durante el pase de Nosferatu de Murnau que vi en los cines Girona. Fue otra noche de cine especial que, me acabo de dar cuenta, no reseñé. Estuvo bien pero fue de traca que no avisaran de que la peli era el original con textos en alemán (es muda) y subtítulos en inglés. Para mí, ningún inconveniente, pero quien no supiera inglés... vamos, no se perdía uno porque Sabatés explicó el argumento antes pero fue otra cagada.
No voy a ser original ni voy a descubrir nada nuevo. Me pareció un peliculón. Francis Ford Coppola es un directorazo y Al Pacino lo borda. Todo el mundo habla de Brando y su Vito Corleone, al que no tengo nada que reprochar, pero la evolución del personaje de Al Pacino me parece impresionante.
La película no se me hizo larga, me atrapó. La banda sonora de Nino Rota es brutal, y me parece que actualmente ya no se tiene tan en cuenta el papel de la música en la evolución de la trama. También se ha perdido esa falta de perfección, dan la sensación de ser más humanas, que no buscan que hasta el último pelo del actor esté perfecto aun cuando despeinado. Y las bromas, esos chascarrillos, esos detalles, que rebajan la tensión, humanizan a los personajes y son un guiño para el espectador.
Recuerdo el plano de cuando liquidan a uno en un campo de hierba alta, con las espigas en primer plano. Esa imagen me parece espectacular. Y luego la escena del bautizo, ese crescendo con la liturgia en latín. O la escena en el restaurante italiano, con ese tren zumbando, resonando en la cabeza de uno de los protagonistas. Hasta el diseño de los créditos me parece genial.
Coppola marca el ritmo y hace que la evolución de la película se demore y acelere, sin frenazos, sin que el vehículo se cale. Es una película redonda donde no sobra nada. Y dicen que la segunda es mejor. Me va a provocar el mal de Stendhal.
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