Es un oficio de hombres, del grupo OuLiPo


Paul Fournel (1947) escribió un microrrelato de cuatro páginas sobre un esquiador, un retrato literario con mucho humor. Hervé Le Tellier (1957) cogió este cuento y escribió uno nuevo siguiendo la estructura exacta del original pero describiendo a un seductor. Se lo comunicó a Fournel y éste realizó el mismo ejercicio hablando de un desollador.

Es un juego con una única restricción: ceñirse a la estructura del cuento original. Fournel, como Le Tellier, forman parte del grupo OuLiPo por cuyas filas, desde 1960, han pasado mentes brillantes como Georges Perec o Raymond Queneau. El juego reunió una veintena de relatos y, aunque soy un yonqui de estas creaciones, el libro me ha dejado mal sabor de boca.

Mi sensación tras acabar con la edición de La uÑa Rota (sic.) es, al igual que me sucedió con su libro El arte de abordar a su jefe de servicio para pedirle un aumento de Perec, la de estar ante un trabajo irregular: irregular no sólo por la fluctuante calidad de los veintidós relatos sino por la traducción y la corrección del texto.

En El arte de abordar había errores tipográficos y de traducción. Tanto este como aquél son libros de pocas páginas, no son novelones de ochocientas. ¿Acaso le dejan la tarea de traducir y corregir a la misma persona? Si es así, parece poco sensato. Los errores tipográficos y ortográficos son molestos porque interrumpen la lectura, sobre todo los evidentes.

Es inevitable que algún error caíga, ¿pero cómo es posible que el porcentaje de tropiezos sea mayor en estos dos que en las casi seiscientas de la maravillosa Almas muertas a manos de Alianza editorial? ¿Nadie repasó el texto y se dio cuenta de que en el retrato del tirano la siguiente frase chirriaba como una puerta sin engrasar, más cuando en el resto de cuentos clónicos es negativa?
«Tiranizar de tal forma que los demás estén convencidos de que tu mano temblará en el momento de disparar», p.66
¡La mano de un gran tirano sanguinario no debe temblar nunca! Entiendo la gran dificultad de adaptar obras donde el lenguaje y la conexión entre palabras o de estas con la estructura del texto resulta tan esencial, pero este error no tiene que ver con ello sino con el despiste y una mala relectura por parte del corrector.

He encontrado muchos fragmentos artificiales o cacofónicos. Como no tengo el original completo, no sé si deben a la falta de acierto del autor o del traductor. Voy a exponer algunos ejemplos en castellano de la primera frase con los equivalentes franceses que sí he encontrado. No puedo afirmar que los originales no suenen forzados porque mi nivel no es tan bueno.

  • «Mon métier consiste à descendre du haut de la montagne jusqu'en bas». Esta es la frase del cuento que dio pie a todos los demás, el Auto portrait du descendeur de Paul Fournel, traducido como "Mi oficio consiste en bajar la montaña de arriba abajo". Literalmente, hubiera sido: "Mi oficio consiste en descencer desde lo alto de la montaña hasta abajo". La elección del traductor suena infinitamente más natural pero es menos flexible al reemplazar los sustantivos por adverbios. Es complicado saber qué hubiera funcionado mejor, contando que descendre, haut y bas son mucho más maleables en francés que sus correspondencias en español.
  • «Mon métier consiste à descendre mes opposants du premier jusqu'au dernier». En el autorretrato del tirano, Jacques Jouet utiliza una acepción coloquial de "descendre" que significa "cargarse, matar a alguien". El traductor escribe: "Mi oficio consiste en liquidar a mis opositores del primero hasta el último". Inevitablemente, se pierde la polisemia.
  • «Mon métier consiste à descendre du haut de la vie jusqu'en bas». En el del asesino a sueldo, Olivier Salon mezcla el sentido de matar y el de descender (incluso diría que apunta a la idea de "apear a alguien de la vida"), juego de palabras difícil o imposible de trasponer a nuestro idioma. La traducción elegida fue "Mi oficio consiste en bajar una vida de arriba abajo". Se mire como se mire, suena mal y se entiende peor.
  • «Mon métier consiste à descendre du haut de la bouteille jusqu'en bas». La descripción del borracho de Ian Monk utiliza descendre con la acepción de beber. En castellano leemos: "Mi oficio consiste en bajarme la botella de arriba abajo". Esta primera línea suena bien, tiene un toque gracioso y, además, mantiene el verbo original. Sin embargo, la expresión falla en las siguientes cuando dice "el hombre tiene ganas de bajársela" o "todos quieren bajársela más rápido que los demás", donde parece que estemos hablando de otra cosa. Creo que aquí lo mejor hubiera sido hacer como en el texto del dictador y olvidarse del verbo original para traducir como "Mi oficio consiste en pimplarme una botella de arriba abajo".

Hay más casos extraños con resultados dispares. Enfrentarse a obras oulipianas es una labor de chinosLa disparition de Perec, una novela escrita sin ninguna letra e, fue versionada al español como El secuestro, en este caso, una traducción sin ninguna a. Sin duda, es necesario alguien muy hábil (casi superdotado) o un grupo de traductores y escritores para lograrlo.

El resultado de la edición de La uÑa Rota es pobre. A las dificultades y malas decisiones de la traducción, hay que añadirle una corrección mediocre. Si hay algo positivo, es la genialidad de las ilustraciones de Daniel Montero Galán, que crea una pieza de puzle para cada retrato, reuniéndolas todas en el collage que ilustra la cubierta.

Y es que, joder, da rabia que el resultado sea tan desalentador cuando se nota que a La uÑa Rota le encantan los retos literarios. Ahí está su catálogo con Samuel Beckett por todos lados. Ahí está el apéndice de Eduardo Berti que es nada más y nada menos que otro autorretrato siguiendo el juego. Ahí está la petición en su web para que prosigamos con este ejercicio de estilo.

Pero se necesita algo más para que trabajos tan complicados de trasplantar de un idioma a otro echen raíces en su nuevo terreno lingüístico y florezcan, satisfaciendo ya no únicamente las exigencias del reto sino el placer de una lectura agradable y entretenida sin baches.

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