Este año mis compras de música digital crecieron. Escribo esto para hacer seguimiento de lo que voy escuchando, no porque tenga un dominio demasiado elevado sobre el tema. Es una especie de diario musical.
Este ha sido un año, sobre todo, de recuperar discos que escuchaba tanto de adolescente como de veinteañero. Volví a disfrutar y escuchar en bucle discos como los siguientes.
Vampire Weekend es una banda de indie pop que conocí mientras trabajaba en la librería y cuyo primer disco escuchaba sin parar. Es pura energía, tremendamente alegre. Con Spotify y Youtube lo retomé tras unos años de descanso y descubrí sus otros álbumes: Contra (2010) y Modern Vampires of the City (2013).
El segundo es el que más reconocimiento les dio y el que tiene una mayor variedad de registros (ska, synthpop, speed rap, rave), pero también es el que menos disfruto porque se parece demasiado al primero sin alcanzar su éxtasis frenético. Curiosamente, aunque el tercero tiene un sonido más melancólico y oscuro, lo aprecio más.
Otro disco de la misma época que en su momento no me compré por tener un sueldo de mierda (y por enfocar mis gastos en tebeos y libros), y que volví a él con los servicios de streaming para finalmente pasar por caja. La burla patética hacia las canciones de amor con los gallos lastimeros del cantante y sus letras surrealistas son de lo más original del indie pop en España.
Discazo de la banda más influyente del indie rock español. Santos que yo te pinte, Anuncio para coches o Que no sea Kang, por favor son algunos de sus fantásticos temas. El más destacado, sin embargo, es Un buen día, el primer single con el que el gran público entendió por primera vez qué era lo que decía el cantante del grupo.
Si el año pasado confesé que había conocido a Chamillionaire por un recopilatorio de Mario Kart, éste rizo el rizo. Llegué al compositor Ludovico Einaudi nada más y nada menos que por un vídeo de jugadas de Ronaldinho. A medio camino de la música clásica, el pop y el minimalismo, el pianista italiano recrea a la perfección la atmósfera de una mañana melancólica, relajante, tranquila y bella.
El retorno de Adele después del exitazo de 21 (2011) fue un poco descorazonador. Es un álbum más apagado, sin esos temas arrebatadores que amenazaban con devorar el mundo. Por suerte, la fuerza de sus dañadas cuerdas vocales se ha recuperado y ha conseguido inyectarnos hasta la médula canciones preciosas como Hello o Million Years Ago.
El reggaeton llegó a mi vida. Recuerdo que años antes un amigo me los recomendó, pero no me atrajeron demasiado. Pero a raíz del videoclip de El Aguante llegué al ukelele de Muerte en Hawaii, a la cumbia lúbrica de Atrévete-Te-Te y a la letra de Un Beso de Desayuno. Y ya está, obsesionado con el dúo puertorriqueño, y mi cartera detrás.
REVIVAL
Este ha sido un año, sobre todo, de recuperar discos que escuchaba tanto de adolescente como de veinteañero. Volví a disfrutar y escuchar en bucle discos como los siguientes.
Vampire Weekend (2008) y Modern Vampires of the City (2013)
Vampire Weekend es una banda de indie pop que conocí mientras trabajaba en la librería y cuyo primer disco escuchaba sin parar. Es pura energía, tremendamente alegre. Con Spotify y Youtube lo retomé tras unos años de descanso y descubrí sus otros álbumes: Contra (2010) y Modern Vampires of the City (2013).
El segundo es el que más reconocimiento les dio y el que tiene una mayor variedad de registros (ska, synthpop, speed rap, rave), pero también es el que menos disfruto porque se parece demasiado al primero sin alcanzar su éxtasis frenético. Curiosamente, aunque el tercero tiene un sonido más melancólico y oscuro, lo aprecio más.
Ortopedias bonitas (2007) de Manos de Topo
Otro disco de la misma época que en su momento no me compré por tener un sueldo de mierda (y por enfocar mis gastos en tebeos y libros), y que volví a él con los servicios de streaming para finalmente pasar por caja. La burla patética hacia las canciones de amor con los gallos lastimeros del cantante y sus letras surrealistas son de lo más original del indie pop en España.
Unidad de desplazamiento (2000) de Los Planetas
Discazo de la banda más influyente del indie rock español. Santos que yo te pinte, Anuncio para coches o Que no sea Kang, por favor son algunos de sus fantásticos temas. El más destacado, sin embargo, es Un buen día, el primer single con el que el gran público entendió por primera vez qué era lo que decía el cantante del grupo.
Dutty Rock (Re-release 2003) de Sean Paul
Fue el primer cantante que me enganchó a los pegadizos ritmos jamaicanos. A diferencia del estilo más agresivo de los raperos que empezaban a conquistar la escena musical en España con Eminem a la cabeza, los ritmos de Sean Paul se acercaban más al reggae y al dancehall. Es difícil que el cuerpo no se deje llevar por temas como Gimme the light, Like Glue, My name o Get Busy.
"LO NUEVO"
No sé si decir que descubrí nuevos grupos, pues muchos de ellos ya los había escuchado, pero siempre de refilón, sin haberme descargado ningún disco suyo.
Direct Hits (2013) de The Killers
Grandísimo recopilatorio de The Killers con Brandom Flowers cantando Somebody Told Me, When You Were Young, Human, Spaceman, Mr. Brightside,... No hay ninguna canción de estas que no te dé ganas de ponerte a correr por el parque como un loco.
Rumba a lo desconocido (2015) de Estopa
Se lo compré a mi suegra, que es una groupie irredenta del dúo de Cornellà, y de rebote, por arte y gracia del servicio de Autorip de Amazon, me quedé en MP3. Si hubiera sido por mí, no lo hubiera escuchado nunca. Me repelía la portada horrible que habían elegido y el videoclip de Pastillas para dormir con el que presentaron el álbum me pareció muy cutre.
Después de los tres primeros (Estopa,1999; Destrangis, 2001; y ¿La calle es tuya?, 2004), habían dejado de interesarme porque sus letras habían dejado mucho que desear. En este parece que retornan un poco a los orígenes. No sé si es bueno, pero a fuerza de escucharlo una y otra vez acabó por gustarme más de lo que hubiera esperado.
Una Mattina (2004) de Ludovico Einaudi
Si el año pasado confesé que había conocido a Chamillionaire por un recopilatorio de Mario Kart, éste rizo el rizo. Llegué al compositor Ludovico Einaudi nada más y nada menos que por un vídeo de jugadas de Ronaldinho. A medio camino de la música clásica, el pop y el minimalismo, el pianista italiano recrea a la perfección la atmósfera de una mañana melancólica, relajante, tranquila y bella.
El retorno de Adele después del exitazo de 21 (2011) fue un poco descorazonador. Es un álbum más apagado, sin esos temas arrebatadores que amenazaban con devorar el mundo. Por suerte, la fuerza de sus dañadas cuerdas vocales se ha recuperado y ha conseguido inyectarnos hasta la médula canciones preciosas como Hello o Million Years Ago.
Calle 13 (2005) y Entren los que quieran (2010)
El reggaeton llegó a mi vida. Recuerdo que años antes un amigo me los recomendó, pero no me atrajeron demasiado. Pero a raíz del videoclip de El Aguante llegué al ukelele de Muerte en Hawaii, a la cumbia lúbrica de Atrévete-Te-Te y a la letra de Un Beso de Desayuno. Y ya está, obsesionado con el dúo puertorriqueño, y mi cartera detrás.
- Calle 13 (Explicit Version, 2005)
- Entren Los Que Quieran (2010)
- Un Beso de Desayuno (Residente o Visitante, 2007)
- Pa'l Norte (Residente o Visitante. 2007)
- No hay nadie como tú (Los De Atrás Vienen Conmigo, 2008)
- El Aguante (MultiViral, 2014)
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