Bolsas de patatas fritas con sabor a huevo frito de Hacendado y Martirelo


Martirelo ha entrado por la puerta grande en mi vida. Sus patatas Selectas con sabor a huevo frito son una maravilla. Tienen un gusto intenso que calca al 100% el aroma original. Es decir, no nos encontramos antes unas Lays al jamón. Cuando las disfrutas, realmente te apetece cortar pan para mojarlo en la untuosa yema y rebañar el delicioso aceite.

Apenas tres bolsas después, descubrí que Mercadona ya tenía su versión de Hacendado. ¡Cada vez, más rápidos! Tuve que pasar por caja. En cuestión de precios, sin duda, la marca blanca es imbatible: 130g por 90 céntimos, frente a los 120g por 1€ de la competencia. Pero, ¿y el sabor? Pues, sin alejarse del aroma original, queda claro al instante que no juegan en la misma liga.

Cada patata Martirelo es tremendamente sabrosa, mientras que las de Hacendado siguen el modelo de los pimientos de Padrón de unas sí "e outras non". Obviamente, influye el elemento sorpresa, que se lo quedó todo la marca de Soria, pero ni siendo las de Hacendado mis primeras patatas podrían haberse comparado en intensidad y gozo.

El gusto más fuerte y salado de las Selectas me retrotae a los buenos platos de patatas con huevo de mi madre. Esa paz y esa felicidad no asoman cuando pruebo la marca blanca, que me mantiene encadenado a este mundo de sucedáneos en el que vivimos. Si con Martirelo difruto, con Hacendado únicamente esquivo la obligación de cocinar.


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