El kitsch


Por alguna razón, este libro me llamaba pero son 7€ por menos de setenta páginas, y no las tenía todas conmigo, así que lo saqué de la biblioteca.

Para empezar, el título en la cubierta es una estafa. El texto de Tomas Kulka son apenas quince páginas del total y es el artículo de British Journal of Aesthetics del 88. Es un artículo didáctico que expone de manera  sencilla y clara pero razonada qué es y qué define lo kitsch. (Curiosamente, no veo que la imagen de la portada pueda entrar en dicha definición pero sí los tapices de perros cazando en casa de la abuela o las postales de gatitos.)

Lo sigue un artículo de Walter Benjamin de 1927 de cuatro páginas del que no entendí ni jota. Me demoré en leer el libro justamente por culpa suya. Al final, viendo que él no se había esforzado por ser inteligible, lo leí sin molestarme en descubrir qué pretendía decir.

El de Herman Broch es de 1933 y, siendo menos comprensible que Kulka, dice lo mismo (parto de una lógica acorde con el orden de los artículos en el libro y no con su cronología).

El cuarto es de Norbert Elias y fue publicado en 1935. Habla de la relación entre la aparición del kitsch y la cultura de masas. Es interesante.

De Abraham Moles hay unos extractos de un ensayo que escribió en 1971. Tiene ese rollo chupi-guay posmoderno tan efectista como grandilocuente y enrevesado. Me gustó como creación literaria pero no como ensayo porque resulta confuso. Está lleno de largas palabras alemanas en cursiva y citas a autores consagrados o desconocidos.  Es una fuente segura de máximas lapidarias con ese toque irónico desacralizador que tanto gusta. Un ejemplo: "«El arte es la alegría más alta que el hombre se brinda a sí mismo» dice Hegel. Pero nadie puede, salvo durante intervalos, vivir en las alturas: de allí el totalitarismo del Kitsch".

Cierra este volumen (de poco volumen) un apunte de Matei Calinescu que en realidad son los últimos párrafos de un artículo suyo del 76. Habla del artista, del consumidor de kitsch y de la cultura de masas.

Mi conclusión es que no vale la pena comprarlo porque no profundiza lo suficiente. Son unas pinceladas que te dejan con más ganas que respuestas.

1 comentario

Paul dijo...

Si no recuerdo mal, Umberto Eco dedica una parte de su famoso "Apocalípticos e integrados" a definir y teorizar sobre el kitsch.