Había mucha expectación con esté nuevo álbum de Astérix... y no me enteré hasta el día antes de su salida. Es la primera historieta del galo de dos autores que no son sus creadores. Tras las pésimas historias publicadas por Uderzo en solitario, era muy necesario un cambio, y los encargados de llevarlo a cabo han sido el guionista Jean-Yves Ferri (El retorno a la tierra) y el dibujante Didier Conrad (Los innombrables).
El guión de Ferri es muy superior al de Uderzo, lo cual no era difícil. La historia tiene sentido (!), es divertida y no se distancia del espíritu de Astérix. ¿Es mejor que Goscinny? Una pregunta con una respuesta sencilla: no. ¿Por qué? Goscinny era un genio. Goscinny es el padre, el alma, de los cómics de nuestra infancia: de Lucky Luke, de Iznogoud, de Umpa-pá o del pequeño Nicolás (¿Manolito Gafotas? ¡Bah, aficionado!). Pero Ferri no falta a la esencia ni desprestigia a la pareja de héroes. Se podría decir que es una buena historia, ligera, menos densa en ocurrencias que las del Maestro, pero para nada desdeñable.
A diferencia de Ferri, Conrad no tuvo la libertad creativa de su compañero, pues tenía encima la mirada minuciosa de Uderzo: a un padre le es difícil dejar a sus hijos con otro (a no ser que los niños tengan TDAH, que entonces los abandonas con un gusto que da envidia). Conrad ha tenido que ajustarse a exigencias tales como el tipo de papel y de pinceles con los que debía trabajar. Es como si a un diestro le piden que escriba con la zurda. Conrad tuvo no sólo que "reaprender", sino hacerlo imitando el estilo de un autor celebérrimo. ¿Sale airoso ante tal tarea hercúlea? Sí, aunque se nota que Uderzo lo supera: en el detalle, en la soltura de la línea,... Pero tanto Goscinny como él son inconmensurables.
¿Merece la pena comprarse este cómic? Desgraciadamente, y perdón por la blasfemia antipatriótica, merece más la pena que comprarse el nuevo de Mortadelo o Superlópez.
No hay comentarios
Publicar un comentario