Una clienta se acerca al vendedor:
—Hola, buscaba el cómic Viajeros del tiempo.
—Miraré en la base de datos porque no me suena —el vendedor introduce el título en el ordenador pero no sale nada. Prueba varias combinaciones y finalmente aparece un tebeo titulado Náufragos del tiempo—. ¿Podría ser Náufragos del tiempo? Por Viajeros del tiempo no me aparece nada ni en nuestra base de datos ni en internet.
—No, no. Es Viajeros del tiempo, seguro. Y lo compramos aquí. Si pudiera verlo, lo reconocería seguro. Hubiera traído más información, pero es que si le pregunto a mi novio se dará cuenta y estropearé la sorpresa. Yo lo he leído y se llama los Viajeros del tiempo y es de un autor francés. De eso no hay duda.
—De acuerdo —responde el vendedor—. Es un álbum, entonces, ¿no? Como dice que el autor es francés...
—Sí, sí. Si lo veo lo reconozco seguro.
Se dirigen a la sección de cómics, al apartado de álbumes. Comienzan a buscar cuando la mujer reconoce un tomo al instante y lo coge.
—Es éste. Sí, sí, éste es el dibujo. Y el autor es francés.
—Ah —dice el vendedor—. Pasajeros del viento de Bourgeon...
—Sí, qué cosas. Pues al final no era Viajeros del tiempo... —y sonríe.
Al menos ella fue simpática.
—Hola, buscaba el cómic Viajeros del tiempo.
—Miraré en la base de datos porque no me suena —el vendedor introduce el título en el ordenador pero no sale nada. Prueba varias combinaciones y finalmente aparece un tebeo titulado Náufragos del tiempo—. ¿Podría ser Náufragos del tiempo? Por Viajeros del tiempo no me aparece nada ni en nuestra base de datos ni en internet.
—No, no. Es Viajeros del tiempo, seguro. Y lo compramos aquí. Si pudiera verlo, lo reconocería seguro. Hubiera traído más información, pero es que si le pregunto a mi novio se dará cuenta y estropearé la sorpresa. Yo lo he leído y se llama los Viajeros del tiempo y es de un autor francés. De eso no hay duda.
—De acuerdo —responde el vendedor—. Es un álbum, entonces, ¿no? Como dice que el autor es francés...
—Sí, sí. Si lo veo lo reconozco seguro.
Se dirigen a la sección de cómics, al apartado de álbumes. Comienzan a buscar cuando la mujer reconoce un tomo al instante y lo coge.
—Es éste. Sí, sí, éste es el dibujo. Y el autor es francés.
—Ah —dice el vendedor—. Pasajeros del viento de Bourgeon...
—Sí, qué cosas. Pues al final no era Viajeros del tiempo... —y sonríe.
Al menos ella fue simpática.
10 comentarios
Patá en la boca le debería haber dado el vendedor a la clienta.
Pero no lo hizo porque era simpática.
Léase estaba buena.
Por lo que llego a la conclusión que tanto a mí como al vendedor nos caen mejor las que están buenas que las feas.
Por eso las vendedoras de centros comerciales tipo Zara y eso siempre suelen estar buenas.
En este caso no es tanto para caer bien, sino para vender más.
Con lo cual las feas lo tienen más difícil para encontrar trabajo.
Esto es a todas luces injusto.
Por ello ruego a Dios que me dé una hija que por lo menos sea mona.
Yo a Dios le pido que nunca le dé una hija a ese hombre, porque cada vez que lo pienso me acuerdo de Woody Allen, pero peor.
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