La verdad sobre el caso Harry Quebert es que es una mierda [SPOILER]


La verdad sobre el caso de Harry Quebert de Joël Dicker está siendo un éxito editorial. Constante elogios sobre el autor y la novela han sido sobreimpresionados en la faja publicitaria enorme que envuelve el libro. Ha ganado varios premios o está nominado a ellos. En la librería estuve a punto de comprarlo, pero titubeé al ver que todo era excesivamente excesivo. En Amazon están disponibles los tres primeros capítulos. Los he descargado y los he leído.

El protagonista es un joven escritor de éxito, como el propio Joël Dicker, que sufre un bloqueo creativo cuando busca acometer su segunda obra. Va a ver a su mentor Harry Quebert en un pequeño pueblo llamado Aurora. Llama la atención que un autor suizo que escribe en francés decida escribir una historia situada en los EE.UU. con protagonista yanqui. En unos fragmentos de entrevistas al final del avance editorial, dice que tiene familia en Estados Unidos, que ha vivido allí y conoce bien el país.

El protagonista, Marcus Goldman, tiene una madre que quiere que se case. Para más inri, cuando Harry Quebert le pregunta qué hace obsesionado con querer escribir una obra maestra ya en su segundo libro, le da la matraca con el mismo tema: él escribió una obra maestra con su segunda novela, Los orígenes del mal, pero ahora a sus setenta años se encuentra solo. Marcus, muchacho, deja de intentar sacarle tinta a tu plumín seco y vete a mojarlo en un tintero.

El giro súper sorprendente es cuando se revela que Quebert, ese viejo que ya apestaba a podrido por su manía de intentar imitar a un consejero guay de universidad de teleserie norteamericana, escribió esa obra maestra de título cósmico para una niña de quince años. Con treinta y pico, cayó prendado de una púber que desapareció misteriosamente en 1975 y que, ahora, treinta años después, hace su réentrée convertida en un montón de huesos enterrados en su jardín.

Pasan dos cosas tras este descubrimiento: enchironan a Harry y Marcus se convierte en detective. Esto último es muy raro. El protagonista es muy plano y no sé de qué va. Se cuentan unas historias de estafas de sus años de instituto un tanto rocambolescas y patéticas y, luego, de repente, es saber que su mentor ha sido encarcelado por un delito que no ha cometido, como el Equipo A, y adopta una postura de huelebraguetas lacónico y pedantón que me revienta.

Vuelve a Aurora escuchando ópera, concretamente, "los grandes clásicos de la ópera", más concretamente, los Clásicos Básicos (D.E.P, Constantino). En una estación de servicio un paleto le pregunta si está al tanto de la bomba informativa de la niña muerta.
—¿No s'había enterao [sic.]? Hace horas que nadie habla de otra cosa. ¿Ande estaba? ¿En Marte?
—En mi choche.
—Ah. ¿Y no tie radio?
—Estaba escuchando ópera. La ópera me relaja.
Este diálogo con el paleto captó mi atención porque, más adelante, los habituales del histótico diner [sic.] del pueblo recuerdan que la muchacha fallecida era "una jovencita maravillosa", "resplandeciente", que "revoloteaba entre las mesas" "haciendo bailar en el aire su ondulada melena rubia". Si nos mantenemos coherentes con la realidad presentada, supongo que más bien la recordarían como "una chavala eztupenda, un zò, yendo tor día daquí pallá con tor pelo a l'aire".

Los tres capítulos que he leído son una consecución de clichés y lugares comunes (como puede serlo el váter). En estos mismos tres capítulos se pueden contar numerosos signos de exclamación, frases que buscan ser interesantes y corazones que laten "a cien por hora". Amazon permite ver qué subrayan otros lectores en el libro. Las citas reunidas son sintomáticas. Están a medio camino de un compendio de autoayuda y de un curso CEAC para nuevos escritores.
"La inspiración se había marchado sin despedirse y yo era incapaz de volverla a encontrar"
"Huyas donde huyas, tus problemas se meten en tu maleta y te siguen a cualquier parte"
"El arrepentimiento es un concepto que no me gusta: significa que no asumimos lo que hemos sido"
"¿Sabe usted lo que es un editor? Un escritor frustrado con un papá con suficiente dinero como para permitirle apropiarse del talento de los demás"
Luego, hay frases que no sé si es cosa del traductor o son tan malas en el original. Hay una que se me ha quedado grabada.
"Roth se marchó y penetré en la inmensa casa desierta."
"Penetrar en una casa"... tela. Y el abogado se llama Roth porque, como declara mil veces en las entrevistas, adora a Philip Roth cuya decisión de cerrar el ciclo de Nathan Zuckerman en la novela Sale el espectro, sin embargo, Dicker fue incapaz de asimilar. "Me dije a mí mismo que debía escribir a Philip Roth para decírselo, pero me temo que él no debe leer las cartas de sus lectores". Está claro que si el autor estadounidense hubiera leído la carta de Dicker hubiera cambiado totalmente de parecer.

Como no creo que pueda superar a este joven maestro suizo, concluiré con algunos extractos de sus entrevistas. Ahí los dejo.
"Cuando era niño deseaba con todas mis fuerzas tener un perro pero mis padres me decían que antes debía leer Gros-Câlin de Romain Gary, en la que el protagonista de enamora de una pitón. [¿?] En un principio me dio pereza leerla pero un día en casa de mi abuela empecé su lectura y en la página 57 vi la palabra «puta». Entonces comprendí que la literatura me descubría mundos que nunca había imaginado."
"Un escritor es más sensible que la media. Es capaz de ponerse en el lugar de otros y empatizar, esto le permite entender la humanidad [resaltado en el original] y poder escribir sobre ella."

6 comentarios

Anónimo dijo...

Este libro es una mierda. No hace falta leer 100 páginas para que desinfle. Con las dos primeras ya dices "¡buf! ¿y esto va ser así de simplón todo el tiempo?". Y no es que lo simple sea malo, es malo lo simplón. Si encima pretende que parecer que hay algo profundo, apasionado, intrigante y sorprendente ya es para cagarse en el mundo editorial y su mangoneo.

aningunsitioperoquesealejos dijo...

Sí. Antes podía entenderse la publicidad de "un gran éxito", un "best-seller",... pero es que ahora insultan a la inteligencia afirmando que son "obras maestras de la literatura". Ya no se puede uno fiar ni de lo que dicen las críticas de diarios reputados. Están todos comprados.

Montse Toledo dijo...

Estoy de acuerdo con todo lo comentado. Me dijeron que me iba a encantar y ahora pienso si es que me estaban diciendo algo malo ;). A todas esas frases del libro yo añadiría,... "Rodik se encogió de hombros y el tipo del FBI propuso ir a beber una cerveza", o, ..."Oye que no me he caído de un guindo" y ya la última: "Me cago en la Virgen", aquí parece que el traductor ha puesto en femenino lo que suele ser una frase en masculino :). Llevo un poco más de la mitad del libro y el único aliciente que tengo para terminarlo es seguir buscando estas frasecitas curiosas del tipo, ... "Entonces va y dice,..." que es como lo del curso de CEAC que comentas,....

aningunsitioperoquesealejos dijo...

Jaja. ¡Al menos encontraste una manera de entretenerte con él! Un saludo.

Anónimo dijo...

Me ha costado muchisimo encontrar criticas malas de este libro. Yo lo compre, lei unas 100 laginas y del cabreo lo tire a la basura. Es infumable. Lo peor que he leido en mi vida y he leido mucha novela policiaca. Es una estafa y los criticos en general unos vendidos. Los dialogos, los personajes, las situaciones, todo malisimo.

aningunsitioperoquesealejos dijo...

Sí, es increíble la estafa colectiva llevada a cabo con este libro. No sólo han sido los publicistas de las editoriales, sino que ahora se han sumado los críticos. Deben haberles pagado muy bien para elogiarlo de tal manera.

¡Un saludo!