Pese a que El árabe del futuro de Riad Sattouf recibió el galardón a "Mejor obra" en el Festival de Angoulême este 2015, ha sido un chasco para mí. Salamandra Graphics ha publicado con mimo este cómic tal como hizo ya con el premio de 2014. Sin embargo, si con Come Prima me pude maravillar con el dibujo de Alfred, aquí no ha sucedido lo mismo.
Me ha molestado especialmente que este sea el primer volumen de tres, cosa que no se indica. A 19€ cada uno, te sale a casi 57€ la broma, sumando un total de cuatrocientas cincuenta páginas. Tras leerlo, da la impresión de que no es más que el prólogo. Cuando crees que lo vas a terminar, recibes la puñalada en forma de insatisfactorio y cliffhangueriano "Continuará".
La obra sigue los pasos del celebérrimo Persépolis de Marjane Satrapi o El juego de las golondrinas de de Zeina Abichared. Es también un cómic autobiográfico de calidad gráfica cuestionable acerca de la infancia del autor en un país de Oriente Próximo. Si Satrapi habla de Irán y Abichared, del Líbano, Sattouf lo hace de Siria.
El árabe del futuro me ha parecido una vivencia particular poco atractiva. Las autobiografías realmente valiosas son las que, en vez de mirarse el ombligo, buscan ser universales, encontrar qué trasciende de la experiencia individual para poder entender el cuadro general. No todo reside, claro, en tener vivencias excepcionales sino también en articular un buen relato.
En su primer tomo, la infancia de Sattouf no parece gran cosa ni, tal como está contada, que vaya a aportar demasiado. Me falta el desarrollo de la figura de la madre, una francesa de Bretaña. Apenas es visible su voz y da la impresión de que no tenga motivaciones en la vida. ¿Tal vez se explicará más adelante? Por lo pronto, sin ella, la historia queda coja.
El padre es la figura central, un sirio, único escolarizado de su familia por ser el menor, que conoce a la madre del protagonista mientras estudia en París. Su figura es interesante porque sus opiniones se muestran sin filtros. Es un hombre corriente que, pese a su licenciatura y su estancia en Europa, tiene ideas cerradas de fuerte sentimiento nacionalista.
Choca escucharle ciertos comentarios antisemitas o francófobos (y, junto a otras lindezas, uno se pregunta por qué la madre está con él) pero lo cierto es que son similares a los que se escuchan en muchas bocas de occidentales, no árabes. Digo esto para remarcar que ese desprecio tiene orígenes cultural e históricamente distintos, no que uno sea aceptable y el otro, no.
Todo avanza con parsimonia pero se aprecia una tensión creciente, cómo el entorno influye en el padre y cómo este va cambiando su forma de pensar. La madre también se ve afectada pero, como ya he dicho, su presencia es, en esta primera entrega, testimonial. Cuando parece que va a haber una explosión, vuelve la calma y nos asestan el "Continuará" en toda la mandíbula.
Puede que la histora sea mucho mejor de lo que estoy vertiendo aquí; que, reunidos los tres libros, uno pueda disfrutarla mucho más. Pero, por lo pronto, es un relajo cojo, con un ritmo malo, cuya trama no profundiza ni llega a ninguna parte. Realmente, no parece pensado para aparecer por entregas sino que la editorial lo ha cortado porque (Continuará)
1 comentario
No sabía que era el primero de tres tomos. Gracias, estaba a punto de comprármelo (el dibujo mola y he leído buenas críticas) pero ahora esperaré a la edición integral.
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