Este segundo volumen, después del primero dedicado exclusivamente a Töpffer, Historias en imágenes: Monsieur Crépin. Monsieur Pencil (El Nadir, 2012), viene a completar el cuadro de los padres fundadores del noveno arte, tema controvertido dadas las divergencias existentes.
Los estadounidenses atribuyen la génesis a Richard F. Outcault (1863-1928) y su tira Hogan's Alley (1895-1898), más conocida por su personaje The Yellow Kid, porque fue el primero en utilizar bocadillos o globos para los diálogos. Tampoco hay que olvidar que su tira y las que la sucedieron fueron un auténtico incentivo de ventas para los diarios de finales del XIX y principios del XX, popularizando enormemente el cómic.
Sin embargo, el ginebrino Rodolphe Töpffer (1799-1846) fue el primero en utilizar secuencias de imágenes con paratextos para narrar historias, además de escribir libros teóricos al respecto. Töpffer bebía mucho de las "hojas volantes" del británico William Hogarth (1697-1764) donde también se satirizaban las costumbres populares. El éxito del suizo en Europa llevó a que aparecieran plagios e imitadores.
Si el volumen dedicado a Töpffer me pareció tronchante, de una mala leche admirable, Pioneros del cómic me ha resultado aburrido. La historia que aparece de Töpffer, Monsieur Cryptograme, lleva su nombre en el guión pero no en el dibujo, a manos de Charles Amédée, más conocido por el seudónimo de Cham. No sé cuánto se cambió del guión ni si hubo modificación alguna respecto al original pero se me hizo pesada.
Junto a esta, se agrupan Impresiones de viaje de Monsieur Boniface de Cham, Los trabajo de Hércules de Doré (sí, el gran Gustave Doré, aquí no tan espléndido) y tres de Léonce Petit: La leyenda del vendedor de cerdos, Una epidemia de salud y Las tribulaciones del hermano Fructueux. Ninguna me enganchó tanto como las del primer libro, que recomiendo encarecidamente, no sólo por su importancia histórica sino por las carcajadas que regala.
Es de agradecer el esfuerzo de la editorial El Nadir por sacar al mercado estas dos buenas ediciones de, seguramente, beneficios exiguos. Ambos libros contienen dos excelentes prólogos a cargo de David Kunzle (1936), eminente historiador de arte especializado en el cómic anterior al siglo XX.
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