Las niñas de Pilar Palomero

Estamos teniendo suerte, y de las dos únicas veces que mi pareja y yo hemos ido al cine en tiempos de pandemia, hemos acertado. Si Emma fue un sonriente soplo de aire fresco, Las niñas (2020) es una película con una excelente dirección y unas actuaciones increíbles.

La premisa no es original. La sinopsis, además, le hace un flaco favor. La describe como la historia de una chica de once años a cuya escuela, un colegio de monjas de Zaragoza, llega una nueva estudiante de Barcelona. Parece que la moderna de la ciudad condal venga a dar lecciones a las mañicas catetas.

Y no es así en absoluto. La trama es sencilla pero redonda. Recrea una visión personal del paso de la niñez a la adolescencia sin que los acontecimientos se transformen en un corolario de tópicos. El principio y el final son muy simbólicos, y la última escena, sin duda, tiene una fuerza innegable.

Este poderío no sólo proviene del objetivo de Pilar Palomero, quien sin duda ha acertado en todo. Desde la sobriedad y verosimilitud de la narración, hasta el formato de la película en 4:3, que nos retrotrae a los años en que las pantallas de nuestro día a día no eran panorámicas.

El talento de la cineasta zaragozana se ve ampliado en su ópera prima gracias a las actrices principales: Andrea Fandos como Celia, y Natalia de Molina como su madre. Prueba de su calidad es el reconocimiento de ambas en forma de galardones.

De Molina ganó el Goya a mejor actriz revelación en 2014 por Vivir es fácil con los ojos cerrados, y dos años después el de mejor actriz protagonista por Techo y comida. Fandos, con sólo doce años actualmente, ganó en 2019 el premio Simón a mejor interpretación por La comulgante.

La propia película ya ha iniciado su ascenso triunfal: Biznaga de Oro en el Festival de Málaga, mejor película en los Premios Forqué, 6 nominaciones en los Feroz y 9 en los Goya de este año. No se merece menos. Hasta su duración es perfecta: 100 minutos. Es un peliculón de principio a fin.

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PD: Si algún pero debo ponerle es que, cuando vi el tráiler, etiqueté muy alegremente su ambientación como "antigua". Y es de mi época. ¡Incluso suenan los Fruittis en la tele! Menudo bajón. Ya soy viejo hasta para mí mismo.

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