Una clienta pregunta por el libro El ángel perdido de Javier Sierra.
–Sí, mire, lo tiene ahí enfrente, a la izquierda.
–¿Dónde? –mira desorientada.
–Enfrente, a la izquierda.
Gira a la derecha.
–No –le avisa el librero–, a la izquierda.
Gira todavía más a la derecha.
–A la otra izquierda –remarca el librero.
Y lo encuentra.
Es por esta razón que siempre hay que acompañar al cliente hasta el producto.
–Sí, mire, lo tiene ahí enfrente, a la izquierda.
–¿Dónde? –mira desorientada.
–Enfrente, a la izquierda.
Gira a la derecha.
–No –le avisa el librero–, a la izquierda.
Gira todavía más a la derecha.
–A la otra izquierda –remarca el librero.
Y lo encuentra.
Es por esta razón que siempre hay que acompañar al cliente hasta el producto.
2 comentarios
Jajaja!!
Esta sabes que a mi me encanta utilizarla.
Es porque la anécdota es tuya, Antónimo. XD
Publicar un comentario