Anterior a No habrá paz para los malvados, su guión gira en torno a los mismos temas: un mundo totalmente corrupto y corrompido donde la justicia es esquiva y sólo se le otorga a quien consigue atrapar su oportunidad. Es más redondo y, sin embargo, también termina de manera desvaída. Urbizu no parece tener buena mano para los finales.
Para lo que sí tiene mano y de sobra es para saber qué maneja: cine español. Si se quiere hacer un thriller aquí no hay que pensar en efectos especiales espectaculares. Hay que trabajar con lo que hay: un presupuesto limitado y actores. Resines y Coronado (pese a que el primero viva estigmatizado por Los Serrano y el segundo por una marca de yogures laxantes) me encantan. Si bien es cierto que a Coronado lo recuerdo más por la teleserie de Periodistas que por ser el guapo de muchas pelis, a Resines lo he visto en montones de películas españolas, en la mítica teleserie Los ladrones van a la oficina y en La buena estrella (!!).
Urbizu consigue crear tensión y enganchar. Estéticamente me gusta más No habrá paz para los malvados, pero aquí el guión me parece mejor cerrado. Igualmente, creo que Urbizu debería tener la idea y escribir el guión hasta la mitad; luego, que otro le acabara la peli.
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