No soy aficionado a la novela policíaca pero esta me ha gustado. No es una sucesión de pistas que llevan al culpable. Es más verosímil. Es una investigación lenta donde la información viene de denuncias, de ponerse en contacto con otros departamentos, todo bastante burocrático. Martin Beck, el protagonista, no es un detective excepcional pero sí un buen interrogador.
Por lo aburrido que pueda sonar, y reconociendo que en un capítulo me pregunté si todo conducía a alguna parte, si iba a aparecer alguna pista por algún lado, la leí de un tirón hasta el final. La prosa es clara, sin complicaciones, pero no por ello mala. El final, sin ser un festival de efectos especiales ni de batallas cósmicas, posee una intensidad y una tensión excepcional.
Las razones que se aducen no tienen que ver con el mal universal ni con los malvados decimonónicos ni los genios del crimen ni nada por el estilo. Tiene que ver con la extraña naturaleza humana y lo que se oculta en psique. Todo me resultó plausible y bien encadenado. Sin duda, la recomendaría.
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Aquí dejo una entrevista con Maj Sjöwall que me ha resultado interesante. Pese a desvelar la evolución de Martin Beck a lo largo de la saga, la autora habla de cómo creaba sus novelas en tándem con Per Wahlöö, y el porqué de su estilo y de su preocupación por la escritura.
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