Este documental del director Ken Loach rememora el espíritu de lucha por el bien común del pueblo británico después de la Segunda Guerra Mundial. Está rodado en blanco y negro (y no lo digo por el metraje de la época, obviamente). Todo está muy bien explicado, sin voz en off, únicamente a través de testimonios, y sin la velocidad pasmosa de videoclip que impera actualmente.
Muestra los muchos avances y beneficios que trajo la nacionalización de la Sanidad, los transportes y las minas, y cómo eso quedó destruido en los 80 por Margaret Tatcher. Hay una llamada a la unión y a la acción colectiva, pues es deprimente la infinidad de paralelismos con lo que está sucediendo actualmente. Han conseguido que la población se olvide de lo que un día tuvieron.
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Otra crítica sobre una peli de Ken Loach: La parte de los ángeles
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