Rosenthaler Strasse 63, Berlín |
Como ahora los restaurantes coreanos son los locales de moda en Berlín (lejos queda el éxito de los vietnamitas y a kilómetros, el de los nipones), ofrecían "bibimbap japonés". Ahí la cosa ya parecía rara. Al lado nuestro se sentó un hijo del país del Sol naciente (un hijo ya con una edad) que se infló de sushi mientras tuiteaba cada bocado, fotos incluidas.
Las bebidas, un té y una limonada caseras, estaban buenas. El bibimbap de mi pareja me pareció soso a más no poder. La brocheta de pollo, que parecía otra cosa por el nombre en el menú, no me pareció nada especial. Pero lo peor, sin duda, fue mi sopa de udon. Me pareció asquerosa. He buscado en internet por si estaba equivocado pero todas las recetas coinciden en los ingredientes.
El caldo de este tipo de sopa está hecho a base de soja, mirin (vino de arroz) y dashi (bonito en polvo). El de este local parecía el resultado de hervir ternera y pollo en una olla durante demasiado tiempo. Para más inri, los fideos estaban pasados y parecían tentáculos viscosos. No he probado peor sopa en mi vida. Tras el mal servicio, la mala comida y el precio, nos fuimos muy insatisfechos.
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