Capitán América: El soldado de invierno


Si la combinación de género bélico y superhéroes en el Capitán América: El primer Vengador dio como resultado un bodrio considerable, no se puede decir lo mismo de El soldado de invierno. Al género de capa y mallas le sienta bien el thriller de espías.

Las películas de agentes secretos son más permisivas con la fantasía. Ahí está Misión: Imposible, estrenando su quinta entrega, donde Tom Cruise ha desafiado las leyes de la física en multitud de ocasiones. La lucha de los soldados, en cambio, exige fragilidad y realismo para conseguir una verdadera implicación emocional. ¿Qué sentido tiene la victoria si somos invencibles?

Esta secuela se aleja de la atmósfera sombría de la Segunda Guerra Mundial para sumergirse en una trepidante persecución a contrarreloj. Alguien está intentando hacerse con el control del mundo y el Capitán es el único que tiene la clave en un lápiz de memoria cifrado. En una huida incesante, ayudado por la Viuda Negra, deberá llegar hasta el origen de la información para descubrir un secreto que busca acabar con la vida de millones de personas.

Los efectos especiales y las escenas de acción son clave y, desde luego, no defraudan. Más espectaculares que en la primera, muchos planos y situaciones recuerdan a viñetas de cómic. Es un peliculón palomitero con el que disfrutar como un niño, que no decae en ningún momento y que conecta perfectamente con la trama de la película anterior.


Robert Redford hace un buen papel, en absoluto mediocre. Samuel L. Jackson repite con éxito. Provocan más de un suspiro la belleza nórdica de Chris Evans, la chulería negra de Anthony Mackie y el atractivo melancólico de Sebastian Stan. Scarlett Johansson, sin parangón, vuelve a estar radiante: febrilmente sexy, mentalmente rápida y eficazmente letal en las peleas cuerpo a cuerpo.


También está Cobie Smulders, Robin en Cómo conocí a vuestra madre, cuyo papel testimonial destaca gracias a la decisión del director de doblaje quien, tal vez cabreado con el final de la exitosa sit-com, decidió darle una voz que pudiera competir con la de Shelley Duval en El Resplandor. Más allá de esto, la peli es un acierto dentro de su género. Diversión asegurada.

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