Hace más de tres años que tengo un Kindle y hay ciertas cosas que me han enamorado del libros electrónicos y otras que no tanto.
La principal ventaja que le veo a los e-books tiene que ver con la posibilidad de almacenar mucha información en muy poco espacio, pudiendo organizarla de manera eficiente y acceder a ella con gran rapidez.
- El ahorro de espacio y la comodidad para transportar los libros es fantástico. Puedes leer cómodamente obras de más de mil páginas sin tener que cargar con un mamotreto. Puedes llevar encima diez novelas sin problema.
- La búsqueda en diccionario es rápida y cómoda. Es una gran ayuda para leer en otros idiomas.
- La búsqueda de una frase concreta o de un personaje es instantánea y exacta.
- Tienes el control de los subrayados y las anotaciones, que puedes consultar fácilmente.
- Puedes modificar el tamaño y la familia de la fuente, además del interlineado.
- La tinta electrónica, al igual que el libro tradicional, no cansa la vista como una tablet.
Por su parte, los inconvenientes del formato electrónico tienen que ver, básicamente, con problemas de navegación relacionados con la mala maquetación y organización de la información.
- No saber en qué punto de la lectura se encuentra uno es desquiciante. En el Kindle indica el progreso en porcentaje pero no es lo mismo que te quede el 2% de El Lazarillo que el 2% de El Quijote. Además, el progreso es para todo el libro. En una antología de cuentos, muchas veces no muestra dónde termina el que estoy leyendo y empieza el siguiente.
- Ir a un capítulo concreto es más fácil en papel. En digital dependes de cómo hayan realizado la maquetación. Venden novelas donde, por ejemplo, el índice enlaza las partes en las que se divide la historia pero no los capítulos: esto me sucede, por ejemplo, con El hombre sin atributos de Robert Musil, una novela de 1560 páginas (¡tela!). Así, lo único que puede hacer es ir a la parte donde esté el capítulo e ir pasando "páginas" como un panoli hasta encontrarlo. En el Kindle incluyeron una barra deslizadora con la que avanzar más rápido pero sigue sin ser tan práctico como hojear un libro físico.
- No todos los libros valen para el Kindle. Un libro de arte o un álbum de cómic no pueden disfrutarse en una pantalla tan pequeña en blanco y negro. Hasta el manga, careciendo de color, da problemas con los dibujos que ocupan dos páginas, obligándote a ver primero una y luego otra, o ambas en apaisado y, consecuentemente, en un tamaño más reducido.
- Las fuentes disponible en el lector no adaptan todos los signos. Shady Characters de Keith Houston, por ejemplo, contiene símbolos de puntuación antiguos ya en desuso, así que los incluyen como imágenes. Esta inclusión dentro de las oraciones no queda bien.
- Muchas veces, hay una sola edición para e-books y para tablets. El citado Shady Characters marca símbolos en rojo, que en la pantalla de una tablet se ven geniales pero en una de tinta electrónica resultan ilegibles.
- Hacer anotaciones con teclado no es tan cómodo como escribirlas directamente a mano.
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