Yoi Yoi Gion, restaurante de Udon en Barcelona

Av. Diagonal, 383

He ido dos veces al Yoi Yoi Gion. La primera vez acudí gracias a las buenas críticas que mi pareja había leído en internet y no salí demasiado satisfecho. La segunda, cenamos con unos amigos y acabé mucho más contento. Esta diferencia se debe, en parte, al diseño confuso de la carta.

Tal como está dispuesta la sección de las sopas, da la sensación de que puedes elegir entre dos caldos y, luego, escoger los ingredientes que desees. Sin embargo, al único que puedes añadirle extras es al caldo sencillo, que sería como una base. El otro, el de curry, es un plato cerrado con el que te aconsejan (es decir, te prohíben educadamente) que no le añadas nada más.

Arriba se puede leer Udon (caliente, con caldo),
Hiya Udon (frío, sin caldo) y Curry Udon

Así, la primera vez me encontré con muchos ingredientes que quería probar, con un caldo de curry que me sonó delicioso y con la frustración amarga de no poder combinarlos. Al final, pedí el caldo sencillo con mochi ten (pasta de mochi frita), gomanegi (cebolleta con sésamo) y kakiage (fritura de verduras y langostino). Pues bien, su caldo base no era malo en absoluto pero me pareció muy suave.

He investigado un poco y creo que se debe a que no utilizan ingredientes artificiales. Hasta el momento, la sopa de udon que he probado y que preparo lleva dashi, mirin (vino de arroz) y salsa de soja. Es esta última la que le da el color marrón al caldo y ese sabor más fuerte, más salado. El caldo del Yoi Yoi Gion supongo que no lleva o tiene muy poca.

Repito, la sopa era buena pero no me ofreció el sabor que yo espero en un bol de udon. Cuando regresé, fui directamente a por el caldo de curry y disfruté muchísimo porque sí que era el sabor que mi paladar esperaba. Si no recuerdo mal lleva huevo, patata, zanahoria y pollo. Estaba riquísima. Aúna el sabor del curry japonés y el placer de la sopa de Udon.

El Curry Udon está delicioso

Hay que apuntar que otro de los puntos importantes del Yoi Yoi Gion es que hace sus propios fideos. Esto se aprecia en la textura y el sabor de los mismos. Cabe destacar también que, cuando los ingredientes son fritos, los sirven en un plato a parte y no dentro de la sopa para evitar que el caldo quede aceitoso y que el rebozado se reblandezca.

La decoración del local es extraña, pues se ve algo desangelada. Tiene una entrada elegante pero luego, por dentro, y pese a los dibujos del mangaka Yoichi Takahashi (que debió de visitarles cuando vino a hacer el mural del estadio de fútbol del Sabadell), parece una nave industrial reacondicionada como restaurante. Se ve vacío y frío. En ese aspecto, no resulta demasiado acogedor.

Lado bonito del restaurante, a la izquierda

Lado desolador, estilo industrial experience, a la derecha

Aunque el caldo base me parece demasiado suave, los fideos y los ingredientes son buenos y sabrosos. El curry udon está tremendo. La primera vez que fuimos, la comida nos costó 48€ y quedamos llenos a reventar1.

Más información:

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1 Edamame (3,5€); Gyozas (5€); sopa de Udon (7€) con Kakiage (5€), Mochi Ten (3€), Gomanegi (1€); otra sopa de Udon (7€) con Gomanegi (1€) y huevo (1€); Dorayaki (4,5€), Daifukumochi (5,5€); agua natural (2€); té frío (2,5€)

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