Cantinflas de Sebastián del Amo es una completa decepción


Fui a verla porque de pequeño me encantaba Cantinflas y sentía mucha curiosidad y alegría. Acabaron de darme el empujón los encomiables comentarios y críticas que ha recibido la interpretación de Óscar Jaenada en su doble papel de Mario Moreno y de Cantinflas.

Pues bien, la película es peor que esnifar púas de cactus. De entrada, esta biografía empieza mal, con los colores de las primeras escenas saturados, tratados para que se vean tan luminosos y vivos como los de una película de dibujos animados. Eso ya indica que se van a tomar muchas libertades.

Anteponer la estética al contenido funciona cuando la estética realmente merece la pena o el contenido no es totalmente nulo. Cantinflas intenta recorrer el camino que anduvo el actor desde sus inicios hasta la cima del éxito. Es una obra triunfalista.

Desgraciadamente, lo hace de un modo tan sincopado que el resultado no es un largometraje sino una larga secuencia de sketches mediocres de 102 minutos, llena de clichés, de planos manidos, de obviedades explicadas y de guiños convertidos en embolias.

La transición entre los distintos momentos es terrible. No sé si se trata de algún homenaje a sus películas pero es ofensivo que las cortinillas parezcan hechas con Windows Maker, con efectos cutres como el círculo que se cierra al más puro Looney Tunes (¡ahora sale, Porky, ahora sale!).

Si bien no puedo contradecir a los que alaban la interpretación del actor español, lo cierto es que Óscar Jaenada no luce todo lo que debería. No le da tiempo. Parece que ahí sí y... cortinilla. Los momentos no están bien escogidos, parece un resumen de primaria (y, actualmente, hasta de bachillerato) de Cien años de soledad.

A Jaenada lo puedes confundir con Cantinflas. Te lo crees. Pero hubiera estado bien, o hubiera sido lo lógico, que hubieran montado una historia mejor, donde hubieran tenido mayor relevancia y profundidad la relación con su mujer, su motivación artística o su posicionamiento político.

Porque al final no te enteras de nada. Se aprende más leyendo el artículo en Wikipedia que con este panfleto heroico del charro Charlie Chaplin. ¿Cómo es su escalada desde los aplausos en las carpas hasta la fama en la gran pantalla? La peli da un salto que ni Yago Lamela, elipsis a gogó.

¿A quién se le ocurrió concederle el retrato fílmico de la figura cómica más importante de México a un director sin apenas bagaje? Su otra película sobre el cineasta Juan Orol, una especie de Ed Wood a la mexicana, parece un plagio-y-no-puedo indisimulado de la cinta de Tim Burton.

No sé, tal vez la de Juan Orol fue un éxito de taquilla. Ni idea. Para rematar la experiencia, la vi doblada. La película mezcla inglés y mexicano y, gracias a la manía de traducirlo todo, la he visto con las voces inglesas en español de España. Las conversaciones resultantes son tan planas como raras.

Mi recomendación es no ir a verla, no gastarse el dinero. Mucho mejor será ir a la biblioteca y sacar en préstamo algún DVD original de Cantinflas y volver a echarse unas risas como antaño. Mejor, más barato y menos vergonzante.

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