A pesar del cartel, no es una película chunga de abuso infantil. Trata el tema de la identidad de género con niños. Es una película reposada pero no aburrida. Desde el principio me pareció muy interesante y da miedo cómo amenaza todo con derrumbarse de modo estrepitoso. Aunque me gustó bastante, me quedó la sensación de que al final la directora no se mojaba, como si hubiera decidido escalar una montaña y, a punto de llegar a la cima, desistiera.
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