Si tuviera que describirla en francés, diría paille mental à la japonaise, un término totalmente incorrecto desde el punto de vista de la política y de la traducción, pero muy acertado.
Una chica, no se sabe por qué, consigue saltar literalmente en el tiempo. Cuanto más grande es la zancada que da, más atrás viaja en el calendario. La explicación que se da al final es peregrina y no tiene sentido. La progresión es lenta como un domingo de agosto con mucho calor y nada que hacer.
Es como si les hubiera hecho gracia el juego de palabras con la literalidad del "salto en el tiempo" y hubieran decidido crear un anime sin saber muy bien para qué. Hay tantas historias provenientes de Japón que son poesía vacía para mí que me pregunto si tendrán sentido en su propio país.
Ganó el premio a mejor película de animación del Festival de Sitges en 2006. Después de haber ido a un par de maratones de dicho festival, no me extraña.
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