Stromae es el pseudónimo de Paul Van Haver, un músico belga de madre belga y padre ruandés que ha conocido el éxito internacional gracias a temas como Alors on danse o Papaoutai. Su estilo mezcla hip-hop, electrónica y chanson francesa. Para su segundo álbum, añadió ritmos caribeños y africanos, consiguiendo un resultado todavía más explosivo. Sus letras, siempre críticas, buscan poner de manifiesto temas candentes como la discriminación o el aislamiento en las redes sociales.
Publicó su primer disco, Cheese (2010), bajo el sello Mosaert, su propia productora musical, aunque acordó con Universal Music France la promoción y la distribución. Los directivos de Universal se sintieron atraídos por la repercusión que cosechaban sus canciones en su canal de MySpace y en la radio NRJ, donde lo programaban con asiduidad tras haber salido en antena. Aunque no superó el éxito de Alors on danse, con el segundo consiguió colocar muchos más temas cerca del número uno.
Aunque Alors on danse la tenía oída pero muy en el fondo de mi memoria, conocí al artista por Papaoutai. Y es que si el primer álbum tiene buen ritmo, Racine Carrée (2013), al añadir los ritmos caribeños y africanos, resulta brutal, adictivo como la droga. A diferencia de Cheese, que tiene algunas canciones potentes, aquí el número de temazos se multiplica: Ave Cesaria, Tous les mêmes, Formidable, Moules frites,...
Sin haberme puesto en serio a mirar sus letras, queda claro el gusto del cantante de jugar con el lenguaje desde su propio alias, que juega con las letras de Maestro para crear Stromae siguiendo las reglas del verlan, el argot francés consistente en alterar el orden de las sílabas de las palabras. Su sello Mosaert también es un anagrama de Maestro y, a la vez, guarda cierta homofonía con el apellido del compositor clásico Wolfgang Amadeus Mozart.
Desde la contracción de Papaoutai (Papa, où tu es? - "Papá, ¿dónde estás?"), a ese Ave Cesaria, o ese engaño auditivo cuando en Formidable afirma que Tu es formidable, j'étais fort minable (Tú eres formidable, yo era increíblemente miserable). Y muchos más juegos de palabras que no habré captado pero a los que es muy dada la lengua francesa y de los que él hace buen uso para afilar con humor y creatividad sus dardos.
Racine Carrée me vuelve loco y me llena de energía. Puedo escucharlo en bucle sin problema. Cheese prefiero escucharlo con este segundo, pues solo como que me resulta más flojo. Por poner una comparación, Racine Carrée sería el disco 21 de Adele, y Cheese, 19. Y al igual que la cantante británica, parece que Stromae se va a tomar un largo descanso antes de volver con el tercero.
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