Blade Runner 2049 [sin y con SPOILERS]


SIN SPOILERS

Si la original de Ridley Scott (1982) nos invitaba a reflexionar acerca de qué es ser humano con la misma desazón que lo hiciera Ghost in the Shell trece años después, esta secuela dirigida por Denis Villeneuve (2017) nos deja indiferentes como el remake en imagen real del anime de Mamoru Oshii: vanos como la belleza de Ryan Gosling, pomposos como una interpretación de Jared Leto.


CON SPOILERS

Escribir una reseña sobre esta película avisando de spoilers es estúpido, básicamente porque la destripan desde el cartel. Sabemos que es difícil ocultar algo en la época de la banda ancha, más cuando tiene que ver con la participación de una gran estrella como Harrison Ford, pero no es algo imposible. En fin, viéndolo ya sabes quién aparece al final. Sorpresa cero.

La película empieza bien. En 2049, se ha producido el cataclismo de los ecosistemas y la hambruna amenaza a la población. Una megacompañía similar a Monsanto ostenta el poder. Wallace Corporation no sólo es la principal proveedora de alimento, sino que se ha hecho con la propiedad de los replicantes tras la bancarrota de Tyrell, la empresa que los creó.

A diferencia de la interpretación de Ryan Gosling, el plano que abre la película impresiona. Ante los ojos del espectador, se extiende un páramo estéril, gris, desesperanzador. Sabemos que Gosling es un ente artificial porque lo explicitan, no porque su actuación se aleje en algo de sus papeles anteriores. Tras esta primera escena, el guión se olvidará de la debacle ecológica para siempre.


No llegamos a conocer, como sí sucedía con la primera, el mundo que rodea a los personajes. ¿Es posible que el caché de las grandes estrellas dejara vacía la caja para contratar extras con los que rodar escenas que ayudasen a contextualizar mejor este futuro apocalíptico? ¿Quién vive en las ciudades? ¿Y en los campos? ¿Cómo consiguen la comida y qué clase de alimentos hay?

No soy un gran fan de la primera, aunque puedo defender su imaginería, su ritmo lento, hasta esa sensación incómoda que te deja consternado después de verla. No sales de ella indiferente. Con esta secuela de 163 minutacos lo que cuesta es salir despierto. Y si consigues mantener los parpados arriba, te preguntas para qué.

K (Ryan Gosling) es un nuevo modelo, mucho más obediente que los Nexus rebeldes de la primera, que trabaja para el departamento de policía de Los Ángeles dando caza a modelos antiguos. En su apartamento, situado en un edificio lleno de humanos empobrecidos que lo detestan (¿para qué lo instalan ahí, entonces?), busca escapar de la soledad gracias a la compañía de Joi.


Ella es su pareja virtual, un holograma que se puede comprar en cualquier tienda. Se podría pensar que se trata de una nueva vuelta de tuerca al dilema de qué es humano o real, pero Blade Runner 2049 no es Her. Más allá del parecido de la actriz con Scarlett Johanson en el cartel, su personaje es una mera comparsa sexual. Nos hartamos de ver pezones, algunos descomunales.

La obsesión de continuidad yerra de objetivo y se enquista en reutilizar los personajes de la primera para el guión en lugar de avanzar con la idea de la vida artificial. Tenemos así cameos que no son más que un guiño insustancial, y novedades que únicamente restan. No han entendido qué convirtió la anterior en un clásico, y ni siquiera han sido capaces de reconvertirlo en un éxito comercial.

La antagonista de turno no tiene profundidad alguna, y aún así se hace más soportable que Jared Leto, que es un cruce del maestro Po de Kung Fu con un profesor de yoga que escribe libros de autoayuda. Por lo visto, la grandeza de los productos de ciencia ficción actuales reside en cuántas referencias religiosas vacuas se pueden añadir a un discurso grandilocuente sin pies ni cabeza.


Quien revisite la gran época del género, verá escenarios y ropas cutres, y silencios muchas veces rotos no por palabras sino por una banda sonora crispante que te aboca a la incertidumbre del abismo. Aquí no. Oímos machaconamente la misma pista reciclada de la película anterior. ¿Esto mola? Pues lo vamos a poner en bucle hasta que aparezca Nicki Minaj meneando el culo.

Estamos en la era, ya no de la imagen, sino de la pose. Ves a turistas haciéndose fotos como si fueran bolsos de Gucci. Ahora, más que nunca, el viaje es el álbum. No importa lo que hicistes sino cómo construyes tu gran hazaña con el material recopilado. Poco importa que no haya sucedido. Lo esencial son las memorias postizas que puedas atesorar para tu biografía ficticia.

Recuerdos inventados, hologramas, catástrofes medioambientales, sociedades hundidas, humanos que no saben si son robots y robots que no saben si son humanos,... No faltan buenos temas en esta película, pero ni uno sólo es aprovechado con inteligencia. ¡Es penoso! Sales de la sala deprimido, como en la primera, pero por razones totalmente distintas. ¿Dónde están mis ocho euros?

Que el abrigo de Ryan Gosling sea lo que más huella ha dejado en mí sólo puede significar una cosa: Blade Runner 2049 es el anuncio de moda más largo que se ha rodado nunca.


4 comentarios

aningunsitioperoquesealejos dijo...

Copio aquí comentarios que tienen que ver con la película, que se publicaron en esta otra entrada: Revisión 2017

el convincente gon:
Estoy bastante de acuerdo con tu valoración, salvo en el caso de Blade Runner 2049. A mí me parece correcta. O, al menos, tan correcta como Tomorrowland (si no más). Leyendo tu crítica me parece que te ensañas con ella más de lo que merece.

aningunsitioperoquesealejos:
La diferencia es que Tomorrowland es una película hecha para entretener, sin ninguna pretensión, mientras que Blade Runner (la original) buscaba reflexionar sobre qué es ser humano.

Para criticar Blade Runner 2049 hay que tener en cuenta la primera, cuya historia continúa. Y no va más allá de las reflexiones de la original. Todo lo que plantea lo hace de un modo superficial o ingenuo. No profundiza en los entes virtuales, que ya no son humanos ni físicos.

¿En qué completa, entonces, esta secuela a la original? En nada, más allá de alargar el relato, y de un modo que lo empeora. Desde el punto de vista de lo que se espera de ella, en mi opinión, es un fracaso.

Y aunque la analice descartando la original, ¿qué tiene de bueno? Las ideas que aparecen son pobres y conocidas (ya han aparecido en obras anteriores que las han tratado mejor). No es divertida y es lenta. La actuación de Gosling da pena y la de Jared Leto es horrible. La trama es absurda. No me resultó emocionante, no me aporta ninguna novedad y me aburrió. ¿Cómo voy a ponerle una calificación mejor?

¿De dónde sacas tú los puntos positivos?

aningunsitioperoquesealejos dijo...

el convincente gon:
No quería ponerme pesado pero ya que me lo preguntas, te explico por qué no coincido contigo y por qué yo no pondría Blade Runner 2049 en el grupo de las malas sino en el de las correctas:

1. A mí la primera me parece una película adelantada a su tiempo, sobre todo en el plano estético (música incluida), pero yo no diría que contiene una reflexión profunda sobre qué significa ser humano. La película parte de la base de que los replicantes son parecidos a los humanos pero no idénticos: se puede distinguir a un replicante de un humano haciéndole un largo test y analizando sus respuestas. La película no explica en ningún momento los fundamentos de ese test. Podemos suponer que detecta la falta de empatía o de compasión, pero lo cierto es que el comportamiento de los replicantes a lo largo de la película no refleja falta de empatía ni de compasión. Al final, entonces ¿cuál es la conclusión? ¿Que en realidad no hay diferencia entre un humano y un replicante (con lo cual el punto de partida era falso)? ¿Y qué nos dice todo eso sobre la condición humana? Pues poca cosa, ¿no?.

2. En Blade Runner 2049 la reflexión no se centra en la diferencia entre humanos y replicantes sino en el papel de la memoria en la configuración de la identidad humana; puede que no aborde este tema con profundidad (tampoco lo hacía la primera) pero lo articula con bastante interés (al menos para mí). El personaje de Ana de Armas y el de la ingeniera de recuerdos y el giro de guión que tiene que ver con los recuerdos de Ryan Gosling me parecen valiosos en ese sentido.

3. Además, Blade Runner 2049 apunta una dimensión política del problema replicante que ni se llegaba a rozar en la primera película.

4. Creo que una secuela puede ser mala como tal secuela pero apreciable como película a secas. Por ejemplo, Psicosis II está a años luz de los logros artísticos de Psicosis de Hitchcock, pero como película de intriga no está mal. Así, aun en el caso de que Blade Runner 2049 fuese una pésima secuela (que no lo creo), eso no implica necesariamente que sea una pésima película.

5. No creo que las películas se deban valorar en función del cociente resultados/pretensiones. Si me grabo cagando, no creo que el vídeo resultante se merezca una valoración mayor solo por el hecho de que se ajuste con precisión a las pretensiones que yo tenía al grabarme cagando. En otras palabras, no me parece un valor en sí mismo que una película logre lo que se proponía, entre otras cosas porque ¿cómo se puede estar seguro de las pretensiones exactas una película? A lo mejor la verdadera pretensión de Blade Runner 2049 era recaudar una determinada cantidad de dinero. Si hubiese llegado a recaudar esa cantidad, ¿entonces podríamos decir que es buena?

6. En el plano estético, reconocerás que hay imágenes impactantes en Blade Runner 2049 (el escenario del inicio, la escena de la fusión entre Ana de Armas y la prostituta, la ciudad donde vive Harrison Ford, la escena de Ana de Armas gigante, la reaparición de Rachel...).

7. Lenta no es sinónimo de aburrida. A mí no me aburrió.

Al final, todo se queda en una mera cuestión subjetiva: a ti te aburrió y a mí no.

(No voy a defender la actuación de Ryan Gosling. A propósito de La La Land ya dije que Gosling me parecía un cara palo total. De hecho, no entiendo por qué a ti te gustó Ryan Gosling en La La Land y en cambio no en Blade Runner, si la cara de palo es la misma en las dos pelis. Eso sí, también te digo que prefiero la cara palo en un replicante que en un galán romántico.)

aningunsitioperoquesealejos dijo...

aningunsitioperoquesealejos:
1. Con la primera, después de verla, sentí desazón. Me hizo sentir incómodo como Ghost in the Shell. Al terminar Blade Runner 2049, por el contrario, no me sentí conmovido ni emocional ni intelectualmente. Puede que la trama de la Blade Runner original falle como apuntas, pero el hecho es que viéndola ni me lo panteé. La tensión y el ritmo me atrapó, la infelicidad de esa distopía me encogió el corazón en un puño, el primer encuentro de Deckard con Rachael, la escena de sexo brutal e incómoda, la grandeza patética del creador de los replicantes,... Me llevó a reflexionar sobre la humanidad, sobre la esclavitud, sobre qué consecuencias tiene crear vida artificial,... No salí indiferente de verla. Para mí eso tiene mucho peso.

2. El tema de la memoria busca alargar el tema de los unicornios del protagonista de la primera (aquí está el problema de qué versión ha visto cada uno; yo vi la actualizada donde se remarca más el tema de los sueños de Deckard). Pero los recuerdos implantados no me parecen un tema novedoso. ¿El giro de guión de los recuerdos no te lo esperabas? Cuando lo acentúan tanto, y cuando hablan de la ingeniera de recuerdos, en mi opinión estaba cantado. El personaje de Ana de Armas me parece pobre porque es una mujer florero, pura sexualización (para seres virtuales, Samantha en Her). El personaje de la ingeniera me pareció muy absurdo, con su trasfondo, trabajando sin contacto humano, a las órdenes de quien la busca,... a mi pareja y a mí nos pareció muy estúpido. Un giro realizado con la mera intención de sorprender aunque no tuviera sentido.

3. No sé a qué te refieres con lo de la dimensión política. ¿Te refieres a que el protagonista vive en un piso con humanos y que lo odian? ¿No te parece estúpido también que el gobierno lo tenga así? Me pareció más un efecto dramático que algo coherente.

4. En mi opinión, como película a secas, no tiene ningún valor porque no plantea nada nuevo.

5. En ningún momento me refería a eso que dices de conocer el fin último de la obra. Cuando hablo de pretensiones (aspiración ambiciosa o desmedida), hablo de ínfulas. Blade Runner se ganó un status de peli de culto. Su secuela se vendió igual, se vendió como peli de culto antes siquiera de estrenarse. Nos venden infinidad de productos así. Ya sabes: "el mejor libro de 2018"... publicado a 1 de enero. Jared Letto y sus parloteos new age son la cúspide de esas ínfulas. Se vende la grandeza de sus reflexiones cuando son perogrulladas o incoherencias recitadas con grandilocuencia.

6. La ciudad me pareció vacía y no me llamó en nada. La fusión con la prostituta es infinitamente mejor en 'Her'; aquí me pareció pobre y los efectos especiales, innecesarios. La Ana de Armas gigante no me impresionó, más bien me parecieron fuegos artificales pornográficos. La reaparición de Rachael me pareció cutre también, porque la actriz no se parecía ni habiéndola pasado por CGI (¡esa nariz!). La zona "roja" contaminada me pareció lo mismo: todas esas estatuas gigantes destruidas buscaban demasiado una grandeza que en realidad era puro cliché. Como ya apunto en la reseña, lo que más me impresionó es el comienzo con el paisaje calcinado.

7. No sé en qué momento he dicho algo que te diera a entender eso. Las cosas aburridas suelen hacerse lentas, pero la lentitud no lleva al aburrimiento. He leído numerosas novelas donde la morosidad de la prosa era su mayor valor.

Las opiniones siempre son subjetivas, pero creo que objetivamente puede analizarse la trama o sopesar qué aporta la película al cine en general. Yo he visto Star Wars VIII. Visualmente me flipó, pero no por eso voy a defender su trama, que en demasiados momentos no tiene ni pies ni cabeza.

aningunsitioperoquesealejos dijo...

aningunsitioperoquesealejos:
(Ryan Gosling, al igual que Chris Pratt, me gustan porque hacen el papel de galán sin ser galanes. Para mí, son dos actores a quienes les han dado el papel de galán y se ríen de ello. Chris Pratt remarca constantemente que es un niño pasándoselo en grande. Ryan Gosling juega con el ridículo: cuando en LaLaLand se pone a cocinar, o cuando arranca el coche cuando ella va a subir,... Intenta mantener la pose, pero está claro que se pregunta qué leches hace él interpretando a un guaperas cuando no lo es. Esta actitud le funciona en algunos casos, pero eso no quiere decir que crea que es un buen actor.

A mí no me gustan las películas románticas, pero soy fan absoluto de las comedias románticas. Eso no quiere decir que sean buenas, sólo que son mi perdición. Gosling es ideal para las comedias románticas. Lo mismo digo para Emma Stone. LaLaLand se me hizo muy entretenida. Los actores me parecieron muy divertidos y "cucos", me hizo sentir alegre y el final me pareció un subidón. )