Tatsuki Fujimoto, el autor de Chainsaw Man, Look Back, 17-21 y 22-26

Chainsaw Man es una de los nuevos shōnen más en auge del momento. Su primer arco argumental se publicó en Weekly Shonen Jump del 3 de diciembre de 2018 al 14 de diciembre de 2020, para luego aparecer en Manga Plus, la revista online de la compañía. En la web, accesible internacionalmente, se puede leer en inglés, español, francés, portugués y tailandés.

En un mundo donde los demonios amenazan la vida humana, un huérfano llamado Denji rescata a un demonio-perro con el que entabla un vínculo muy especial. De su unión nace Chainsaw man, el hombre motosierra. Cuando la Agencia de Seguridad Pública descubre los poderes del chico, lo recluta para reforzar sus filas a las puertas de una catástrofe sin precedentes.

Explicado así puede sonar a shōnen genérico. El dibujo de los primeros números, si bien puede llamar la atención, es mejorable. Las escenas de acción me parecieron caóticas, con un entintado muy sucio. Hasta me llegó a molestar la rigidez de los cuerpos de los personajes, con movimiento ortopédicos, y rostros que parecían otros dependiendo del ángulo.

Pero el autor ha ido puliendo su estilo y, sobre todo, la narrativa de la serie. Ha pasado de contar demasiado a jugar con los silencios y las elipsis de modo excepcional. El tono desesperanzador no expulsa el humor de las páginas. El diseño y el trasfondo de los personajes no deja de mejorar, y la trama consigue tomar caminos inesperados. Ha acabado resultándome adictivo.

La madurez narrativa de Tatsuki Fujimoto queda plasmada en Look Back (2021), una historia autoconclusiva de 160 páginas. La pasión por el manga une a dos chicas: la audaz Fujino y la introvertida Kyomoto. Fujino confía en su propio talento, y alardea de ello en el colegio. Pero un día esa seguridad se quiebra cuando descubre a una compañera que dibuja mucho mejor que ella.

Es un relato enternecedor, que cala en lo más hondo. Lo que no se dice vale más que mil palabras. Y, sin embargo, los diálogos son igual de acertados. La calidad de las viñetas está fuera de duda, con unas ilustraciones por encima de lo visto en la serie periódica. Es más, gracias a la publicación de 17-21 y 22-26 se puede apreciar la evolución del autor.

Ambos tomos recopilan historietas breves, casi todas anteriores a su gran éxito internacional con Chainsaw Man. 17-21 contiene: Dos pollos en el patio (2011), Sasaki ha detenido la bala (2013), El amor es ciego (2013) y Shikaku (2014). Las tres primeras son principalmente cómicas, con mucho humor absurdo, y la última es una historia de asesinos.

Cada una de ellas tiene su dosis de fantasía, sin que ninguna de ellas destaque por un dibujo o una trama excepcional. La segunda antología trae consigo cuatro historias más: La rapsodia de la sirena (2014), Nayuta de la profecía (2015), Metamorfosis transfemenina nocturna (2017) y Mi hermana pequeña (2019), siendo la idea de la segunda una suerte de semilla de lo que ha acabado siendo Chainsaw Man.

En 22-26 el tono se vuelve más introspectivo. Sin abandonar el humor, crece la sensación de melancolía y desorientación de los personajes, destacando la genial Mi hermana pequeña. Tatsuki Fujimoto es uno de mis mangakas preferidos de la actualidad, y espero con alegría y desazón todo lo que esté por venir: alegría porque serán buenas obras, y desazón porque, sin duda, van a doler.


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