Encanto: con más canto que encanto


Encanto (2021)

Esperábamos el realismo mágico de García Márquez y nos encontramos con la magia realista de Disney, un libro de autoayuda como el que ya nos vendió Elemental. Se nos hizo aburrida, a pesar de que visualmente es preciosa. Es increíble dónde ha llegado la animación 3D. Pero el argumento... si uno reflexiona sobre él, o lee por internet lo que dicen otros, pues para qué vamos a gastar neuronas, es el retrato de una familia colombiana podrida por dentro.

Pese a las infinidad de canciones con las que no paran de dar la brasa, los Madrigal están hechos una mierda. No hay ni uno sano, todos sufren de ansiedad. ¿Ves el cartel de la película? Todo fachada. Están completamente destrozados por dentro. A una le encargan todo los trabajos duros, a otra la obligan a estar perfecta, a una tercera le impiden expresar sus verdaderos sentimientos. Incluso echaron a uno de los hermanos por cenizo. ¿Y les dio pena? Pues no sé, porque te lo explican con una canción bastante marchosa.

La protagonista es la única que no posee un poder mágico, como el resto de la familia, y por eso la tienen apartada como si tuviera la peste, cuando sólo es una persona "infraextraordinaria", es decir, normal. Para empeorarlo, no tengo instalado un sistema de Dolby Surround, y las canciones se escuchaban fatal. Pusimos los subtítulos, pero no tienen nada que ver los diálogos. Esperábamos encontrarnos una aventura repleta de fantasía y color, y nos tragamos el profiling psicológico de una genealogía disfuncional.

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