Cuando tu vida es un libro, de Alina Bronsky

En un recomendador de libros online cuyo nombre he olvidado, uno entre tantos que te prometen buenas sugerencias para luego regurgitarte best-sellers que nada tienen que ver con tus lecturas, me apareció listada esta novela juvenil de Alina Bronsky, una autora alemana de origen ruso.

La ilustración de la cubierta y el título captaron mi atención. Encontré un ejemplar en el catálogo digital de la red de bibliotecas, y nada más empezar a leer descubrí lo mucho que ambos se ajustaban a la historia. La ilustración es desenfadada, ágil, divertida; el título es, curiosamente, literal.

La narradora es una adolescente que nunca lee. Sin embargo, esto cambia cuando se cruza en su camino un libro que habla de ella, de su vida, de su presente. Esto la intriga tanto que acaba comprándolo. Su cara se tiñe de terror cuando descubre que uno de los personajes morirá dentro de pocos meses.

Si bien puede sonar a trama de intriga y fantasía, sigue el esquema clásico de la novela de aprendizaje. La voz de la protagonista me recordó a la de Holden Caulfield, en tanto que es el testimonio en primera persona de alguien que no se expresa en absoluto como un personaje literario.

Aunque el desarrollo es algo irregular, con algunas situaciones forzadas, y el final se apresura quizá demasiado, me he reído con los personajes, sus diálogos y el desarrollo. La visión cínica y superficial de la joven estudiante ha driblado mis expectativas más de una vez.

Si bien se nos recuerda constantemente que las pantalla táctiles tienen la partida ganada al papel, por momentos parece una historia de amor por la lectura. Cómo ella se obsesiona por el libro, cómo vibra con lo que encuentra, cómo su situación anima a su mejor amiga a empezar a escribir.

El libro reúne los clásicos temas de la literatura adolescente, pero lo hace sin aburrir, con mucho sarcasmo. Ojalá la trama hubiera ido más allá, ojalá no hubiera terminado tan pronto. No sé si es el mejor libro que me podía haber leído, pero es el que sin duda necesitaba. Puro disfrute.

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