Sus autores, Josep Busquet y Pere Mejan, son los también creadores del premiado La revolución de los pinceles. El dibujo me gustó mucho, aunque el estilo de la Escuela Joso sea más que evidente. El entintado es muy limpio completado con tramas de grises y prescindiendo del color. La historia es sencilla pero entretenida, y se lee muy rápido. Conjuga humor con acción.
Me llamaron la atención los capítulos iniciales, que buscan intencionadamente apoyarse en los recursos del cómic para narrar de una manera original. El primero empieza a narrar únicamente con paratextos, el segundo describe al protagonista a través de los chismes y rumores que corren acerca del protagonista y el tercero es un pseudodiálogo del protagonista con una fulana (donde ella sólo murmura y él no para de largar).
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