La capacidad de los mangakas para conjugar los elementos más dispares y crear un cómic es impredecible y sorprendente. Thermae Romae de Mari Yamazaki es la historia de Lucius Modestus (¡toma ya!), un arquitecto de la Antigua Roma que descubre un portal espaciotemporal que lo transporta hasta el Japón actual. Pese a no entender ni una palabra de lo que dicen los "caraplana" (así llama a los nipones), obtendrá novedosas ideas que adaptará a las termas de su época, mejorándolas. Su fama crecerá y le ayudará a escalar socialmente.
Sus viajes están llenos de malentendidos y situaciones estrambóticas. Yamazaki dibuja unos caretos hilarantes que recuerdan muchísimo a las jetas del profesor Sembei Norimaki en Dr. Slump ("Senyoreta Yamabuki..."). Es divertido también ver la visión de la autora de cómo eran los romanos. Desde luego, el comportamiento es totalmente japonés. Impagables, también, son los latinajos que intercala en el discurso cada dos por tres: que esto quede inter nos, te lo digo de bona fide, estuve in situ,...
Sin embargo, debo decir que con el primer volumen me acabé aburriendo porque los capítulos tienen un esquema fijo y repetitivo: Lucius se encuentra ante un problema de diseño, viaja al futuro y encuentra la solución. ¡Parece Doraemon! Así que, aun siendo muy divertido, podría tener una trama mejor construida e interesante.
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