No me estoy refiriendo a la novela de Stephenie Meyer ni a la película que han hecho sobre ella. Ésta es surcoreana y da menos miedo.
Es una película con monstruo, con buenos efectos especiales, pero más psicológica que Monstruoso. Aquí lo que mueve a los protagonistas no es el estúpido amor romántico sino la desaparición de la hija de una de ellos. Por si no tenían pocas complicaciones, se encuentran en un laberinto kafkiano construido por el gobierno del país y el ejército de Estados Unidos, que intentan ocultar la existencia de la bestia.
Según la crítica especializada, es una denuncia de la presencia militar americana en el país y la connivencia con ella del gobierno surcoreano, tachado de ineficiente y sumiso. No es una afirmación descabellada. Uno se hace esa misma idea viendo la película. Sin embargo, esa burbuja de desinformación que crean ambos gobiernos entorno a la aparición del engendro resulta muy absurda dentro de la trama.
No se entiende por qué lo hacen y el argumento da vueltas sobre sí mismo sin sentido alguno. La película mezcla drama (al estilo asiático) con comedia (al estilo asiático) y es entretenida al principio, pero aburrida después debido a todo ese fondo de denuncia que toma tintes filosóficos grandilocuentes (al estilo asiático).
Lo que a mí más me sorprendió fue el monstruo. Es una digna mutación genética. No es, como en tantas otras películas, un bicho horrendo cuya anatomía es un acierto evolutivo y letal. Este tiene patas demasiado cortas e inservibles, se ve obligado a desplazarse con la cola,... Es lo que saldría de un experimento fallido.
En fin, no está mal pero no sé si la recomendaría.
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