El Virobi de Vileda es la versión más que asequible de la Roomba de iRobot. Sus 40€ versus los casi 400€ del original lo hacen muy atractivo, hasta follable. No usa sensores. Tiene dos marchas. Lo enciendes y empieza a dar vueltas por el suelo de la casa recogiendo la porquería con la mopa. Cada vez que choca con un obstáculo, cambia de dirección.
Sería ideal si no fuera porque, en cuanto se engancha pelo en el eje de las ruedas, la has cagado. Realmente, es rarísimo encontrarse pelo en el suelo de una casa, que se lo pregunten a Mortadelo o al tío Fétido. Al no girar bien la rueda, el robot cree que hay un obstáculo y cambia de dirección, y cambia, y cambia.
Se queda girando como un planeta borracho ad infinitum. Nos lo reemplazaron en la tienda y el segundo robot ha batido el récord del primero, convirtiéndose en un tambor de lavadora tras únicamente dos pasadas. El primero, al menos, soportó tres días. Esto corrobora dos cosas: (1) si quieres que funcione, debes barrer antes; (2) es un soberano truño y comprarlo es tirar el dinero.
Ventajas: muy barato, sencillo de usar, bonito diseño de platillo volante.
Inconvenientes: sólo funciona en suelos fregados previamente.
Recomendado para: calvos sin gatos ni vello corporal.
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