Llegué a esta novela a través del prólogo de Historia y desventuras del desconocido soldado Schlump publicado por Impedimenta. Curiosamente, en su intento de vender el libro, o justificarlo, el prologuista acabó convenciéndome de que debía haber comprado Sin novedad en el frente. El libro de Grimm fue un fracaso justamente porque la obra de Remarque arrolló con la competencia.
Y no es para menos. Esta ficción tan real extraída de las entrañas del escritor tras su experiencia en la Primera Guerra Mundial llega al alma del lector desde la primera página. La historia nos mete en la piel de Paul Bäumer, un joven de apenas veinte años alistado en las filas del Imperio alemán que describe con profundo humanismo los horrores vividos, en contraste con el discurso oficial del honor y grandeza militar.
Este relato antibelicista conmueve y permite abrir los ojos a la barbarie, al gran precio en vidas humanas que se cobró la consuntiva guerra de trincheras. Lecturas como esta deberían leerse en los colegios y no otras tonterías que poco pueden aportar más allá de la contrucción de una literatura nacional cuya defensa, algunas veces, no está tanto en su calidad como en su origen.
Junto a 14 de Echenoz y El buen soldado Švejk de Jaroslav Hašek, Sin novedad en el frente es otra grandísima novela para entender la Primera Gran Guerra.
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