Nada más empezar, mi pareja exclamó: "¡Una peli de monstruos con pretensiones! La hemos cagado".
Y no gustó al público, claro está. El problema es que la venden como cine fantástico de monstruos cuando no es así. La prueba que corrobora esta afirmación es que si quitas los monstruos, la película no pierde sentido y sigue funcionando perfectamente.
No he visto la primera pero he buscado información y, aunque está dirigida por otro director, tiene el mismo planteamiento que la segunda. He leído comparaciones con District 9 pero creo que el símil es bastante incorrecto.
Disctric 9 es una peli que se vendió como una historia de ciencia-ficción acerca del apartheid sudafricano con marcianos en vez de negros. Al final, no había crítica social ni pollas, sólo una estúpida historia de amor, con acción y mutaciones desagradables.
Las dos de Monsters, en cambio, se centran en la crítica y no en los bichos, que son meras comparsas CGI. En la primera, nos habla de dos estadounidense intentando cruzar la frontera sur de los EE.UU. mientras que la segunda se centra en la situación de las tropas en Oriente Medio.
Entiendo lo defraudados que se sintieron los fans del género con Monsters 2, pues se tuvieron que chupar un filme bélico que no les ofrecía nada de lo que buscaban. Lo mismo me sucedió con District 9. Si nos hubiéramos intercambiado las entradas, hubiera sido mejor.
Curiosamente, como película bélica también resulta bastante aburrida porque hay más monólogo interior que metralla. Queda patente que no consigue satisfacer ni a los admiradores del general Patton ni a los de Godzilla, y se queda en el pantanoso terreno de lo "crepuscular".
En realidad, todas las pelis de la maratón del Retiro cumplían la fórmula de [nombre del género] + crepuscular. Afortunadamente, a diferencia de lo que me sucede con los westerns, el género fantástico y de terror me da bastante igual y puedo aceptar estos pastiches.
Pensándolo bien, lo "crepuscular" debería establecerse como una entidad propia y no una variación de géneros con los que poco tiene a ver. Siempre es el mismo rollo introspectivo con cuidadas postales de paisajes para momentos de serenidad contemplativa durante la pausa del café en la oficina.
Dicho esto, la película no me disgustó. El argumento sigue a cuatro jóvenes de Detroit que se alistan y descubren lo jodida y absurda que es la guerra. Me encantó la fotografía y los efectos especiales. Aparte de eso, no aporta nada nuevo que no hayamos visto ya.
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Nota conspiranoica: Aunque muestra el bando de los ocupados, no llega a empatizar y se queda en el sufrimiento de los soldados. La frase de "los civiles apoyan a los insurgentes contra nosotros porque al bombardear a los monstruos se producen los daños colaterales inevitables" me recordó a las justificaciones pro israelíes de la masacre en Gaza.
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