Relatos de lo inesperado no es tan inesperado como me lo esperaba. Son cuentos clásicos con remate final. Todos son relativamente breves excepto los dos últimos. No sé si tienen más páginas pero, desde luego, se me hicieron mucho más largos.
Lo menos inesperado que hay en este libro son las apuestas (Dostoyevski's Seal of Approval). A través de estos pequeños desafíos, el autor consigue generar una gran tensión: no la intriga por descubrir qué pasará sino el terrible presentimiento de lo que se avecina. La mala leche es inherente al humor inglés, y este libro tiene su taza y media.
Dahl consigue empujar al lector por sus páginas con intriga y fina ironía (tan fina que, a veces, resulta transparente). La excepción, como he dicho, es la pareja que cierra el volumen con sendos diálogos plúmbeos y repetitivos. Leer sobre la jalea real no es lo más fascinante que uno puede apuntar un martes en su diario personal.
Da la impresión de que al escritor le hubieran faltado páginas y hubiera añadido estos dos de otra antología titulada Relatos de lo asombrosamente soporífero. Porque, a diferencia del resto, éstos incluyen un elemento sobrenatural que no es precisamente "súper". Al darle demasiadas vueltas es como si nos hubiera intentado explicar la gracia de un chiste.
Con sus claros y sus sombras, esta antología me ha permitido seguir leyendo en días con escasas horas de reloj. Aunque amena, no me ha parecido extraordinaria (tal vez debiera haber comprado Historias extraordinarias). Los mejores, sin duda para mí, son Gastrónomos y Placer de clérigo.
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