Río Lobo (1970) es la última película de Howard Hawks y cierra algo así como una suerte de trilogía... algo así, pues esta no es sino el segundo remake, después de El Dorado (1966), de la excepcional Río Bravo (1959). Sería más acertado utilizar el más castizo "refrito" para referirse a ambos abortos, que no pueden ser considerados más que innecesarios.
Aquí ya ni tenemos a Robert Mitchum sino a su hijo, Christopher, que ni siquiera es el primogénito sino el segundón. Wayne está mayor y orondo. La figura de su personaje ya es una parodia. Es un viejo a quien las mujeres tratan de señor y describen como "confortable". Los personajes han perdido todo el halo que poseían en Río Bravo.
Lo que podría ser más interesante es la figura de la llamada mujer hawksiana, que ha ganado papel desde Río Rojo (1948) y Río Bravo (1959). Como en El Dorado (1966), aquí las mujeres cabalgan y visten pantalón. Es interesante el cambio de Jennifer O'Neill, que aparece en vestido de señorita y, en la escena siguiente, viste de vaquera con el pelo despeniado y sucio.
Es importante señalar que los personajes femeninos también disparan y matan, contribuyendo en la victoria final. Dicho esto, y vistas las tres seguidas, Río Lobo se hace aburrida y se encuentra en la línea decadente de El Dorado. Ningún personaje destaca y el humor no supera el cliché. Más allá de la excepcional Río Bravo no encontraremos más que un árido e incliemente desierto.
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