Qé! Breik sabe a Huesito rancio. Lo llaman "London Snack", supongo que por su mezcla de chocolate y cacahuete. El problema es que el fruto seco brilla por su ausencia y el chocolate no está a la altura de ningún dulce inglés. Es como si te invitan a la boda de Miguel y Eva y no está Eva, sólo un flemático y desabrido Miguel esperando como un pasmarote junto al altar. Y en ningún momento a nadie se le ocurre suspender la ceremonia sino que todos se quedan en sus asientos, aguardando lo que nunca va a llegar, moviendo la mirada en un partido de tenis eterno de Miguel a la entrada de la iglesia, de la religiosa puerta al ambagioso novio. Y es que ni siquiera él se parece al que salía en la foto de la invitación. La chocolatina es más plana y delgada. De hecho, vienen cuatro en el paquete. Abres el traje y resulta que Miguel son cuatro enanos circenses apilados en equilibrio como un Megazord. Y cuando parece que todo lo malo por fin va a terminar, la incomodidad finiquitada con la recompensa de cualquier ceremonia que se precie, descubres que en el banquete no hay filetes sino Qé! Breik, no hay langostas sino Qé!Breik. Mesas y mesas repletas de la endemoniada chocolatina. Y sueltas un "Qé! Mierd" bien grande y sonoro.
Qé! Breik
Qé! Breik sabe a Huesito rancio. Lo llaman "London Snack", supongo que por su mezcla de chocolate y cacahuete. El problema es que el fruto seco brilla por su ausencia y el chocolate no está a la altura de ningún dulce inglés. Es como si te invitan a la boda de Miguel y Eva y no está Eva, sólo un flemático y desabrido Miguel esperando como un pasmarote junto al altar. Y en ningún momento a nadie se le ocurre suspender la ceremonia sino que todos se quedan en sus asientos, aguardando lo que nunca va a llegar, moviendo la mirada en un partido de tenis eterno de Miguel a la entrada de la iglesia, de la religiosa puerta al ambagioso novio. Y es que ni siquiera él se parece al que salía en la foto de la invitación. La chocolatina es más plana y delgada. De hecho, vienen cuatro en el paquete. Abres el traje y resulta que Miguel son cuatro enanos circenses apilados en equilibrio como un Megazord. Y cuando parece que todo lo malo por fin va a terminar, la incomodidad finiquitada con la recompensa de cualquier ceremonia que se precie, descubres que en el banquete no hay filetes sino Qé! Breik, no hay langostas sino Qé!Breik. Mesas y mesas repletas de la endemoniada chocolatina. Y sueltas un "Qé! Mierd" bien grande y sonoro.
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2 comentarios
XDXD me ha encantado tu post, " Qé " monólogo te has marcado, un beso
Me alegro que la hayas disfrutas. Un saludo!
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