Muramasa: The Demon Blade es un videojuego de rol de acción con estética manga que transcurre durante la era Genroku (1688 -1703) de la historia de Japón. Salió en 2009 para Wii pero se puede jugar también en Wii U. Posteriormente, en 2012, lo hizo para PSVita con gráficos HD y nuevos contenidos.
¿Qué quiere decir que es un videojuego de rol de acción? A diferencia de los juegos de rol (conocidos por sus siglas en inglés, RPG, role-playing game), donde los jugadores atacan por turnos, en los juegos de rol de acción (ARPG, action role-playing game) no hay turnos, el combate se desenvuelve en tiempo real. Con cada victoria, el personaje mejora sus habilidades, obteniendo nuevos ataques y armas. Subir de nivel es necesario para poder ir avanzando, pues los rivales cada vez son más poderosos.
Muramasa nos narra dos historias: la de Kisuke, un guerrero que ha perdido la memoria, y la de Momohime, una joven poseída por un demonio. Las aventuras de ambos se juegan por separado, una detrás de la otra (se puede elegir por cuál comenzar), aunque habrá momentos en que ambos se crucen. Poco a poco, iremos descubriendo los recuerdos olvidados de Kisuke y por qué Momohime está poseída por el espíritu.
Lo que me empujó a comprarme el juego fueron sus gráficos en 2D de estilo manga, sello de identidad del estudio Vanillaware. Me encanta el diseño, los colores, los numerosos detalles, toda la imaginería que contiene de la tradición japonesa, desde la mitología a las historias de ninjas y samuráis. Aparecen retratados zorros, kappas, onis, karakasakozous, baños de aguas termales, castillos feudales, bosques de bambú,... Parece un cómic en movimiento, alejado del 3D realista que domina últimamente.
Pese a que es un regalo para la vista, las mecánicas son muy repetitivas y debo reconocer que el juego se me hizo algo aburrido. Cuando, después de pasármelo con Momohime, tuve que hacerlo con Kisuke, solté un resoplido de pereza. Se mueven sobre el mismo mapa (te desplazas entre pueblos) pero con variaciones en el recorrido (zonas desbloqueadas que antes eran inaccesibles, nuevos atajos) y en los enemigos finales.
Lo que más motiva, a parte de descubrir el diseño del siguiente nivel, es descubrir nuevas espadas con las que combatir, cada una poseída por un demonio con un poder especial. Hay que tener cuidado al utilizarlas porque el uso excesivo las rompe. También puedes conseguir espadas por encima de tu nivel, lo que te impedirá utilizarlas hasta que no tengas la fuerza suficiente. El árbol genealógico de espadas es bastante variado, aunque uno se queda con ganas de más.
Es un juego largo que, por culpa de unas mecánicas poco variadas, acaba haciéndote perder el interés. Igualmente, verlo en acción es una maravilla y sus tres niveles de dificultad permiten que hasta alguien no muy ducho como yo pueda pasárselo.
PD: Me fastidia bastante que, sin depender del control de movimiento, no sea posible jugarlo con el mando Pro de la Wii U y haya que jugarlo con el Wiimote o el Wii Classic. Si unos piratas consiguen emular el mando de la Xbox en PC, ¿cómo no va a poder hacerlo Nintendo con su propia consola? Les gusta exprimir al máximo los bolsillos de sus clientes.
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