Por sus obras le conoceréis es un cómic interesante en su aspecto visual. De su historia no hay que esperar demasiado, pues no es más una excusa para que el autor dé rienda suelta a la creatividad de su muñeca. Una competición cósmica de jóvenes demiurgos sirve para que Jesse Jacobs nos deleite con sus obsesivos puzzles de tinta.
Este trabajo está especialmente dirigido a los amantes del horror vacui, la geometría y los laberintos. Siendo escrupulosamente exacto a nivel cromático, las ilustraciones están entintadas en azul petróleo y pintadas en tonos malva y aguamarina, colores que, pese a lo que pudiera imaginarse, no plasman sobre el papel figuras dulces y delicadas.
El estilo de Jacobs es feísta, con seres deformes y desproporcionados, pero maravillosamente bello es su empecinamiento por llenar las viñetas de líneas enroscadas las unas sobre las otras. El estado del lector saltará constantemente entre el manso placer de detenerse a contemplar los mandalas y el crispante desagrado con el que huirá de las escenas de violencia caníbal y cotidianeidad coprófaga.
Por sus obras le conoceréis juega un partido de tenis con nuestros sentimientos, una mezcla de contrarios donde la belleza y el horror, la grandeza y la mezquindad, la vida y la muerte, conviven entre lo celestial y lo terrenal. Justo como juega la editorial Dehavilland con el brutal el nombre de la colección: La mansión en llamas. Me encanta.
2 comentarios
No lo conocía. Me encantan los dibujos. ¿Es todo una misma historia? ¿Relatos? ¿No es narrativo? (Yo siempre con lo mismo.)
Es una historia de aprendices de creadores de mundos que compiten entre ellos ante un ente mayor, como alumnos en un colegio frente al profesor. Uno de ellos crea un mundo similar a la Tierra. La evolución de los seres de ese planeta se explica paralelamente a la competición de demiurgos. Pero todo resulta muy onírico. No obstante, hay muchas páginas llenas de figuras geométricas donde no pasa nada, que existen por el puro placer de dibujar y dibujar. Así que sí que hay narrativa pero a mí no me pareció que condujera a ninguna parte. La historia se podría contar en una página. Lo bueno es el estilo y cómo lo recarga todo. No sé si después de esta parrafada te lo he aclarado un poco más. Lo mejor es que le eches un ojo por ti mismo.
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