La La Land. La ciudad de las estrellas



Con todas las críticas positivas del cartel, parece que estemos frente a la versión en claqué de El Padrino. Y no voy a negar que salí contento del cine, ni que la película me gustó mucho, pero eso no quita que la historia sea más plana que el horizonte de un náufrago en alta mar. Su fuerza, sin duda, reside en su actualización del musical clásico y en la química de la pareja protagonista.

Hay muchos guiños que el amante de los musicales disfrutará y que yo debo de haberme perdido. Aparte de la primera canción, que es la más espectacular (y la más absurda, de paso), el resto de números son más discretos, de corte clásico y muy elegantes. La La Land se encuentra más cerca de los inicios del género que de la locura visual de Moulin Rouge.

Aquí, no obstante, no tenemos a Fred Astaire y Ginger Rogers, sino a Ryan Gosling y Emma Stone. Las dotes de baile de ambos no se pueden comparar a los de la mítica pareja, pero la explosión de oxitocina que consiguen el actor canadiense y la actriz de Arizona no tiene parangón. Si ya en Crazy, Stupid, Love hacían buena pareja, aquí superan con creces lo visto en aquella.

Como fan de las comedias románticas, he quedado prendado. Incluso el final, que podría recibir objecciones por parte de otros espectadores, a mí me ha encantado. Y no sólo es que salten chispas entre ellos, es que ambos tienen un vis cómica exquisita. Mediante la risa, consiguen domar la cursilería y la gravedad de una película que podría haber sido un pastel muy edulcorado.

La fotografía es preciosa. La plasticidad de los colores tiene su máximo apogeo en unos mágicos atardeceres violetas, un tono que se repite en diferentes elementos a lo largo del metraje, ya sea a través de ciertos objetos o de la iluminación. Los Ángeles se convierte así en esa La La Land del título, una tierra llena de ilusión y felicidad casi irreal.

Esta relación no es tan casual o novedosa, ya que en inglés se utiliza la expresión "La-la land" para referirse Los Ángeles. Esto se debe no sólo a la frivolidad hollywoodiense que define a la capital sino también por la repetición de sus siglas, L.A., en la expresión.1 En español, los traductores han sabido incluir un juego de palabras similar con el doble significado de "estrellas".

Más allá del placer de ver a una pareja actoral cuyos papeles les sientan como un guante, ponerse ñoño con un amor de fantasía o disfrutar con los números musicales, el guión ofrece poco más. Y esto si te gustan los musicales o las comedias románticas. De no ser así, es más que posible que todos los elogios que le están lloviendo te sienten como una ducha fría.

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1 El origen y el significado de la expresión La-la land [INGLÉS]

2 comentarios

el convincente gon dijo...

Coincido en algunas cosas y disiento en otras. A mí también me gustó, pero no veo por ningún lado la química entre los protagonistas. De hecho, entre lo peor de la película está la actuación de Gosling. Cara palo total. Lo peor del guión, esa obsesión por conseguir el éxito, tan infantiloide, que hace bastante chorras el momento de la ruptura. La fotografía también me pareció regular. No sé si era cosa del cine donde la vi, pero en el número del principio, cuando el sol queda a la espalda de los bailarines, casi no se les distinguía la cara. Y los decorados homenaje a "Un americano en París" del número final super cutres. Y aún así, ese número salva la peli. Muy emocionante, la verdad.

aningunsitioperoqueseaGosling dijo...

Lo del éxito del guión no quise tocarlo por no explicar cosas del guión, pero mi pareja y yo lo comentamos, con la misma conclusión que das tú. Una amiga lo trata en su blog en este mismo sentido, contraponiéndola a Paterson de Jim Jarmusch (http://natcerezo.com/land-no-nhi-ha-tant/).

Gosling tendrá cara de palo, pero me encanta. Me hace reír tanto con esa gesticulación limitada... Esas meteduras de pata suyas, como cuando acelera el coche antes de que Emma Stone se suba, o cuando se asusta mientras sirve la cena. Son toques ridículos que uno no espera del galán. A mí Gosling me tiene en el bote (en Drive, en Crazy Stupid Loce, en Cruce de Caminos, en Dos buenos tipos,...).

¿La viste en VOSE o doblada? Para mí, Gosling tiene el problema del doblaje, que no tiene un doblador fijo. Y hay voces que no le pegan ni con cola. Lo mismo me sucede con Chris Pratt. Su tono de voz es parte de su personalidad.

Lo de si la pareja tiene química o no... Para mí sí. Me parece que hacen una pareja perfecta. Lo he hablado con otras tres personas y coincidimos los cuatro. Y lo consiguen sin quitarse la ropa.

La fotografía es muy posible que sea regulera. De hecho, la frase pasó de fotografía "muy buena", a "buena" y a, finalmente, "preciosa", que es un adjetivo más subjetivo. No tengo mucha idea del tema, pero no quería dejar dar una opinión que se acercara a mi punto de vista. Visualmente, me gustó mucho.