Probé la demo y no la pude soltar. Sólo tenía una pequeña parte de lo que el juego completo ofrece, y aún así tenía una cantidad de contenido impresionante. Sinceramente, desconocía lo divertido que podía ser el Tetris competitivo. Su combinación con la locura de recreativa japonesa de PuyoPuyo lo hace todavía más adictivo. Es una droga.
Le he echado más horas que aningún otro juego. El modo historia, con una narrativa totalmente innecesaria que me salto siempre, parece infinito. Después de tantas horas, apenas he alcanzado el 30%. Es divertidísimo para jugar con amigos en casa. He probado las partidas a cuatro y son maravillosas.
Las mecánicas del Tetris son más sencillas que las del PuyoPuyo. Mientras que en la creación de Alekséi Pázhitnov debes ir encajando las piezas hasta completar líneas, en el rompecabezas japonés debes eliminar las burbujas juntándolas por colores, con la dificultad que para generar mayor puntuación debes encadenar las combinaciones, cosa que me resulta bastante complicada.
Los modos de juego no son pocos: se puede elegir jugar todos al mismo rompecabezas, o cada uno al que elija, o hacer que vayan turando cada cierto periodo de tiempo, o incluso echar partidas donde puedes aparecer tanto tetriminos como puyos. No hace falta decir que a medida que avanza, la velocidad aumenta y se desata la vorágine.
Es un juego ideal para disfrutarlo en el modo portátil de Switch. Tras unas cuantas semanas viciado a la demo, lo compré por, creo, 40€. Me pareció caro entonces, pero vistas las muchas horas que me he diviertido con él, desde partidas cortas a maratones, merece hasta el último céntimo: el dinero mejor invertido en lo que respecta a la Switch.
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