Tres animes en Netflix: A.I.C.O Incarnation, Kuromukuro y Full Metal Alchemist

A.I.C.O Incarnation

En el año 2035, parte de una región de Japón ha sido aislada del resto del país por culpa de un proyecto fallido que buscaba crear vida a partir de células artificiales. Aiko Tachibana, una estudiante de instituto, conoce a Yuya Kanzaki, quien le desvelará algo crucial sobre su pasado. Para llegar hasta la verdad, deberán internarse en la zona infestada.

Aunque el planteamiento me atrajo, y la animación es buena, lo cierto es que se desinfla a medida que avanza. Sus reflexiones sobre qué es la vida, en un intento de seguir la línea del anime de culto Ghost in the Shell, se pierden en una sensiblería pánfila con giros de guión poco inspirados. No obstante, esta serie de doce episodios de Netflix, se deja ver hasta el final. Entretenida.


Kuromukuro

Kuromukuro es otro anime de Netflix que se disfruta visualmente. Curiosamente, la acción ocurre también en la misma zona, esto es, la cuenca fluvial del río Kurobe. Pareciera que su guión sigue jugueteando con la ciencia ficción, pero es mucho más loco. Mezcla robots con katanas, marcianos y, por supuesto, jovencitas inocentes en uniforme.

Un samurái del periodo Sengoku (1467-1568) despierta en el siglo XXI. Sus peleas contra lo que él llama "demonios" tiene mucho que ver con los misteriosos hallazgos que está investigando la ONU. Si bien el comienzo es igual de prometedor que el de A.I.C.O., pero apuntando más hacia la acción que hacia la filosofía, la ñoñería amorosa acabó por aburrirme y la aparqué a la mitad (ep. 15).


Full Metal Alchemist

Fullmetal Alchemist es un manga que tuvo mucho éxito, pero al que no le presté atención en su día. Finalizado ya, quise descubrirlo a través de la serie animada. Mi primera sorpresa fue que existen dos versiones: la de 2003 con título homónimo, y la de 2009 con la coletilla añadida de Brotherhood. Esta segunda sería la más fiel al cómic, siguiéndolo al pie de la letra.

Edward Elric y su hermano Alphonse buscan la piedra filosofal para poder recuperar las partes del cuerpo que les fueron arrebatadas durante una invocación fallida. Aunque sigue las pautas clásicas del shonen, el tono me resultó demasiado grave. Empecé ambas versiones, y las abandoné al poco por su lentitud y melancolía. El episodio de la niña y el perro es durísimo. Y yo sólo quería divertirme.

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