Amazon Prime Video y Amazon Music versus Netflix y Spotify

Logos de Amazon Prime Video, Netflix, Spotify y Amazon Music
Hace más de cuatro años que escribí una entrada comparando Netflix con Filmin, Wuaki (ahora Rakuten TV) y Yomvi (renombrada Movistar+). La última sigue ligada a tener contrato con el operador de Telefónica, aunque en junio de 2019 se presentó Movistar+ Lite, un servicio de libre transmisión que permite el acceso a parte de los contenido por 8€ al mes.

Rakuten TV y Filmin siguen teniendo su hueco por 6,99€ y 7,99€ al mes, respectivamente. Sin embargo, su relevancia parece haber menguado desde 2016. Aquel año, Amazon Prime Video se expandió a lo largo de 200 países, incluido España, como respuesta al lanzamiento global de Netflix. Desde entonces, ambos competidores están disponibles en casi todos los países del mundo.

Asociado a la suscripción premium de la mastodóntica tienda online de Jeff Bezos, Prime Video empezó, sobre todo, con escasez. Tenía poco contenido y la mayoría, sin doblaje ni subtítulos en castellano. Tenía producciones propias como The Man in the High Castle, Transparent, Mozart in the Jungle o The Grand Tour, pero su atractivo distaba mucho de lo ofrecido por Netflix.

Las primeras críticas fueron tan virulentas como, a mi modo de ver, desproporcionadas. Amazon Premium aterrizó en España en 2011, ofertando una tarifa plana para envíos de 3 a 5 días por 14,95€. En 2015, subió hasta los 19,95€, añadiendo el envío gratis en veinticuatro horas, precio que quedaría fijado hasta 2018. Es decir, durante tres años, la plataforma de streaming fue un extra sin coste alguno.

Desde entonces, la mejora ha sido significativa. Todo, o casi todo, su catálogo está doblado o subtitulado al español, y presenta películas que Netflix probablemente no tendrá hasta dentro de uno o dos años. Es cierto que la suscripción Prime dobló su anualidad a 36€, pero ahora tenemos dos millones de canciones sin publicidad, una biblioteca de ebooks y almacenamiento ilimitados para fotos.

Si comparamos precios, la más básica de Netflix sale por 7,99€ al mes. Es imposible competir con la cuota de Amazon, que debe de estar yendo a pérdidas para eliminar a la competencia. Si entro ahora mismo en la página de Netflix, no encuentro pepinazos y su agrupación de títulos resulta confusa o poco relevante. Hay tanta variedad que nada capta tu atención.

Es el efecto Netflix. Quieres ver una película, pero acabas en Youtube, aturullado después de navegar un cuarto de hora sin encontrar nada que te apetezca. En cambio, en el sitio propiedad de Bezos, taquillazos por doquier: Alita, 1917, Train to Busan, Blade Runner 2049, Bohemian Rhapsody,... pero también: Grizzlie Man, Florida Project, Personal shopper,...

No sé cuál de las dos tiene mayor catálogo, pero en Prime siempre encuentro algo que quiero ver. Incluso tienen una sección para los títulos que caducan en 30 días, lo cual es magnífico. Pude ver La juventud de Sorrentino y las dos películas de Creed gracias a que me enteré de su salida. La inteligencia artificial de Netflix no acierta conmigo.

Con Amazon Music me ha sucedido algo similar. Fruto de la fusión de dos productos existentes, Amazon MP3 Store y Cloud Music Player, presentes en España desde 2012, el renombrado servicio se relanzó en 2016 con dos suscripciones a su catálogo: Prime, con dos millones de canciones, y Unlimited, con acceso completo y descarga. 

Cuando el año siguiente llegó a la península, le di un tiento a los tres meses de prueba gratuitos de Unlimited, pero no vi razón para renovar. Cierto es que no soy demasiado melómano, pero la primera toma de contacto fue decepcionante. La variedad de Spotify, la interfaz de su aplicación móvil, sus sugerencias,... no había color.

Sin embargo, del mismo modo que sucedió con la plataforma de vídeo bajo demanda, hay cosas que prefiero de Music en su suscripción Prime. X-Ray de Amazon muestra las letras completas de las canciones de manera muy cómoda y sencilla. Spotify, por su lado, utiliza Genius, que es un pastiche caótico con la letra y curiosidades de la canción. Lo odio sin tapujos.

El otro punto a favor del servicio estadounidense son la mejora de sus sugerencias, entiendo que gracias a la inteligencia artificial. Las listas que me genera cada vez me gustan y me enganchan más. Tiene la ventaja de que, a diferencia de Spotify, también puedo comprar canciones y álbumes, y tenerlo todo dentro del mismo ecosistema.

Después de la última actualización, Prime Video también permite, más allá del catálogo, alquilar estrenos. Aunque a diferencia de mala experiencia que tuve con Yomvi, aquí está bien indicado qué entra dentro de la mensualidad estándar y qué queda fuera. Esto es esencial, porque evita la frustración de ilusionarte con una película que, en realidad, debes pagar aparte.

Sin duda, el músculo financiero de Amazon hace y va a aseguir haciendo mucho daño a sus competidores. Lo bueno para Netflix y Spotify es que no siento tener contratados servicios por duplicado. Tanto la plataforma de vídeo bajo demanda como la mediateca musical de Amazon las tengo asociadas a Prime. No las veo como un HBO, o Hulu. Para mí, es algo complementario.

Netflix me sigue pareciendo genial por la calidad casi sin fisuras de su streaming, por el visionado offline (también disponible en el servicio de Bezos) y por sus series y anime. Asimismo, Spotify sigue siendo la que mejores recomendaciones me proporciona, además de tener una aplicación que me resulta muy intuitiva. Desafortunadamente, Amazon sigue apretando y puede llegar a desplazarlas.

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